Pablo Escobar, “El Patrón”, promovió conciertos en la Plaza de Toros de Medellín, donde Hombres G actuó en 1988, 1989 y el último trimestre de 1991, señaló el cantante y compositor David Summers en entrevista con Pablo Motos para el ‘El Hormiguero’, de Antena 3.

“Tocamos dos días seguidos en la plaza de toros de Medellín y el promotor en la sombra era Pablo Escobar. Lo sabíamos, pero estaba en la sombra”, relató.

De hecho, contó el líder la banda española que, “su hija ­–del “Patrón”– entró en el camerino con unos guardaespaldas para hacerse una foto con nosotros. Sabíamos que se trataba de la hija del ‘rey’ de Medellín”.

En el libro, ‘Hombres G Nunca hemos sido los guapos del barrio’, de Javier León Herrera, se menciona un concierto en la Plaza de Toros de Medellín celebrado el 20 de noviembre de 1988.

Y la crónica de Juan Carlos Pérez titulada ‘Se liberó el rugido del rock’, como testimonio de aquel día.

Al llegar arriba se apagaron las luces y por un instante los Hombres G no vieron nada, sólo oyeron un rugido atronador, como si el río de Medellín que corren mansamente junto a La Macarena se hubiera desbordado”.

Como lo dijo Summers, por aquellos tiempos, Medellín era reino del “Patrón”. En enero de ese año, para ser más precisos, el día 13, el semanario colombiano Semana publicó que “un estruendo apocalíptico estremeció el corazón de Santa María de los Angeles, uno de los barrios más exclusivos del sector de El Poblado en Medellín”.

El cártel de Cali hizo estallar un carro bomba con 80 kilos de dinamita frente al edificio Mónaco, “habitado en ese entonces por la familia de Pablo Escobar Gaviria. Esta fatídica explosión le dio inicio oficial a la más sangrienta guerra que tenga memoria la historia del país entre carteles de Medellín y de Cali”.

Los integrantes de Hombres G sabían de los riegos. “Aquello era tremendo, no nos daba miedo porque éramos unos inconscientes, éramos unos gilipollas. Yo siempre he pensado por qué me dejó mi madre ir a Colombia”.

Mencionó que estando en “la habitación del hotel y oíamos tiros en la calle. Eso nos pasó en Venezuela también, escuchar disparos, asomarte y ver a un tío ensangrentado”.

Además de su encuentro con paramilitares, donde su pasaporte le salvó.

“Una vez estábamos en Cali después de un concierto y alguien nos llevó a una fiesta a las afueras que era un verdadero descontrol, de locos. Cuando me quise ir, alguien se ofreció a llevarme al hotel y en el camino nos cerraron el paso unos paramilitares”.

Recordó que los paras “iban sin camisa, con la pistola en el cinto, una cinta roja en la frente… Yo, que iba con un pedo bestial, y me pasó. Les conté que era de los Hombres G y que venía de tocar… Les mostré  mi pasaporte español. Eso me salvó la vida”.

Agencias.