A casi tres semanas de que María tocó tierra, muchas personas enfermas en toda la isla siguen en peligro de muerte. Detrás de los continuos mensajes alentadores que anuncia el gobierno cada mañana subyacen nuevas emergencias: en todo Puerto Rico, pacientes gravemente enfermos que necesitan diálisis se enfrentan a reducciones de hasta un 25% del tiempo de su tratamiento debido a que los hospitales aún no cuentan con un abastecimiento regular de diésel para hacer funcionar los generadores.
Funcionarios del sector salud del país afirmaron que, en las semanas posteriores a la tormenta, se presentó a trabajar menos de la mitad de la fuerza laboral médica de Puerto Rico. Los hospitales se están quedando sin medicamentos y los pacientes son cada vez más, pues reciben a quienes provienen de los centros de salud donde los generadores han fallado.
El gobierno estadounidense envió diez Equipos de Asistencia Médica para Desastres, integrados por médicos, enfermeras y paramédicos civiles, entre otros.
En la última semana, el Departamento de Salud de Puerto Rico envió únicamente a 82 pacientes al Comfort, a pesar de que cuenta con personal para atender a 250 pacientes.
El lunes, los 800 miembros del personal médico del buque atendían a sólo siete pacientes.
Agencias