Las autoridades venezolanas comenzaron el martes a vacunar a la población contra COVID-19 con la candidata vacunal cubana Abdala. Un lote donado por La Habana llegó a Venezuela en días recientes y fue incorporado al plan de vacunación masiva del gobierno. Ambos países suscribieron un contrato para el suministro de 12 millones de dosis en los próximos meses.

Algunos venezolanos y sectores de la oposición habían expresado reserva sobre la falta de información de la campaña de vacunación y el hecho de que Abdala no ha sido avalada por instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero otros se sintieron tranquilos al recibir la dosis. “Lo que tengo es alegría porque llegaron las vacunas y van a vacunarme”, manifestó Elena Varela, de 75 años. “Como aquí está la cubana, muy bienvenida”.

En Twitter, el equipo de comunicación de líder de la oposición Juan Guaidó, anunció: “Ahora los venezolanos estamos en total indefensión y sin posibilidad de elección ante la imposición del producto biológico Abdala, sin aprobación de la OMS. Exigimos vacunas aprobadas para todos”.

Según dijeron las autoridades cubanas la semana pasada, su inmunizante tiene una eficacia de 92.28%, y contempla un esquema de tres dosis separadas por 14 días de diferencia.

“La eficacia con tres dosis de Abdala será un suceso que multiplicará el orgullo”, tuiteó el presidente Miguel Díaz-Canel la semana pasada, un poco antes de que se diera a conocer el resultado del estudio. Este dato fue anunciado, sin más detalles, en el programa Mesa Redonda de la televisión estatal. De esta forma, no se especificó cuántos positivos fueron reportados entre los voluntarios que recibieron el placebo y cuántos participantes se infectaron habiendo recibido la fórmula.

En contraste con el entusiasmo del presidente Nicolás Maduro por el anuncio de la adquisición de las vacunas cubanas, varios gremios de la salud e instituciones independientes como la Academia Nacional de Medicina de Venezuela han expresado su “preocupación ante la introducción en la población venezolana de productos de dudosa credibilidad científica”.

“La credibilidad de cualquier vacuna, y su aceptabilidad por la comunidad, se basa en gran parte en la publicación de los resultados en revistas científicas de reconocido prestigio reconocido” o “la autorización por un organismo regulatorio independiente y creíble, tales como la FDA de los Estados Unidos o la Agencia Europea de Medicamentos, aunque suponemos que dichos organismos no serán consultados”, enfatizó la Academia. “En este sentido creemos que la opinión de la Organización Mundial de la Salud y de la Organización Panamericana de la Salud sería muy importante”, agregó el escrito.

Maduro ha dicho que aspira inmunizar al “menos el 70% de la población” antes de octubre. El país inició el 18 de febrero la primera fase de vacunación focalizada inicialmente en el sector salud, seguridad y educación, y el 29 de mayo sumó al proceso a los mayores de 60 años.

Agencias.