Abel Efraín Durán Reyes

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Ser un puerto de importancia durante la época Colonial trajo a Campeche muchos beneficios. Pero también, así como para todo tipo de mercancías y marineros, la villa fue la puerta de entrada de aventureros, herejes, libros prohibidos, mercancías sospechosas, prófugos de la justicia y todo tipo de ‘males’ perseguidos por las autoridades coloniales.

En Campeche fue instituido el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición desde la segunda mitad del siglo XVI y se nombró a un comisario encargado de resguardar la fe, la ortodoxia y las buenas costumbres entre los vecinos españoles.

No existe ninguna evidencia histórica que demuestre que el Baluarte de San Pedro sirvió como cárcel de la Inquisición, pero tampoco hay elementos que expliquen el uso que se le dio -aparte del militar- durante todo el siglo que va desde 1702, fecha en que concluyó su construcción, hasta 1817, cuando fue abolido al tribunal de la fe, tiempo durante el cual la piratería -principal motivo de su construcción dejó de existir.

En cambio, sí sobrevive una extendida leyenda urbana que narra ásperos grilletes de hierro fundido adosados a los gruesos muros, celdas reducidas, ambiente nauseabundo e ingeniosos instrumentos de tortura capaces de hacer hablar sólo con verlo al más osado de los herejes.

Sin desechar esta idea y sin poder descartarla, lo más probable es que este baluarte haya servido como una prisión provisional del Tribunal de la Inquisición para los reos que, de paso hacia la Ciudad de México, eran remitidos desde los diversos comisariatos de la Península para ser juzgados por el Tribunal de la Santa Inquisición.

De lo que sí hay constancia es que este baluarte tomó parte activa en la defensa de la ciudad, pero no contra los piratas, sino en 1824, cuando el gobierno de Yucatán trató de someter al Ayuntamiento de Campeche, cuyos intereses eran opuestos, enviando una expedición punitiva a cargo de la Columna Volante de la Unión.

También jugó un papel importante en 1842, en la época que Antonio López de Santa Anna intentó poner a prueba la resistencia de las fortificaciones de la ciudad.

Desde fines del siglo XIX se usó como alojamiento de tropas y vivienda; posteriormente, en el siglo XX, se acondicionó como bodega y centro de investigación del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

En 1984 cambió de uso convirtiéndose en centro de ventas de artesanías regionales, y hace unos años se acondicionó como museo.

El Baluarte de San Pedro fue el sexto en construirse. Se le bautizó con ese nombre en honor al fundador de la iglesia. Su construcción fue a base de piedra de cantera, sahcab y tierra y concluyó en el año de 1702. Está situado a una distancia de casi 279 metros del Baluarte de San Francisco.

Según reportes de la época, para el año de 1766 el baluarte tenía instalados once cañones de hierro fundido.

DESCRIPCIÓN

Según información del Centro INAHCampeche, el Baluarte de San Pedro ocupa una superficie de mil 137.8 metros cuadrados, midiendo sus caras 33.20 metros y sus flancos 14.52 metros.

SAN PEDRO BALUARTE

Su acceso se logra a través de una rampa muy inclinada. La puerta de acceso principal al baluarte está coronada por un escudo pontificio, el símbolo de San Pedro: las dos llaves del cielo y la tiara papal. Tiene una planta de tipo cuadrangular, por lo que sus cuatro muros daban al exterior, y aún ostenta los cuatro garitones de sus esquinas. En uno de ellos poseía una campana que alertaba a la población en caso de ataque y otro conserva aún su letrina.

Debajo de la rampa se penetra a un cuarto cubierto por una bóveda, de dimensiones reducidas, dedicado antiguamente como depósito de pólvora y municiones; frente a su acceso se encuentra otro cuarto de mayor tamaño, el antiguo cuartel. En medio de ambos estaba el aljibe que servía para el aprovisionamiento de agua.

Subiendo la rampa se llega a la explanada hecha de hormigón y en la cual se levantan los merlones y banquetas, de piedra labrada.

El Baluarte de San Pedro forma parte del conjunto de edificaciones militares que componen el octágono que envuelve actualmente al Centro Histórico y que en el periodo colonial encerraba a la ciudad para defensa contra los ataques piráticos.

Fue el sexto de los ocho construidos, mismos que estaban unidos por un lienzo de muralla de aproximadamente seis metros de altura y dos metros de espesor.

En 1999 se le incluyó en la lista de Patrimonio Mundial de la Ciudad Histórica Fortificada de Campeche. Sin embargo, desde 1986 se le incluyó en el Decreto de Zona de Monumentos Históricos publicado en el Diario Oficial de Federación.

Comúnmente se le confunde con el Baluarte de San Juan, por ubicarse detrás de la iglesia con esta advocación que fue construida a principios del siglo XVIII.

SISTEMA DEFENSICO

En su conjunto, el sistema de fortificaciones de Campeche es un eminente ejemplo de la arquitectura militar de los siglos XVII y XVIII, es parte de un sistema defensivo creado por los españoles para proteger al puerto de los ataques piratas.

La construcción de las murallas empezó en 1684 y concluyó alrededor de 1704, cuando los ataques de los corsarios habían casi desaparecido.

La muralla tenía una longitud de 2 mil 560 metros y consistía en un polígono de forma irregular con seis frentes, cuatro puertas y ocho baluartes. Además estaba custodiada por dos fuertes construidos en los cerros cercanos.

En la actualidad subsisten 500 metros de muralla, dos puertas, dos fuertes y siete baluartes: San Juan, Santa Rosa, San Carlos, La Soledad, Santiago, San Pedro y San Francisco. El de San José es el único que ha desaparecido, así como las puertas de San Román y Guadalupe.

¿QUÉ OCURRIÓ AHÍ?

  •  Se terminó de construir en 1702, cuando la piratería prácticamente había desaparecido.
  • Se cree que sirvió como prisión provisional del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición.
  • En 1824 disparó sus cañones contra las tropas yucatecas que trataban de someter al ayuntamiento local y atacaban desde Santa Ana.

UBICACIÓN

➜ Se localiza en el Circuito Baluartes, detrás de la Iglesia de San Juan de Dios, al final de la Calle 51.