Este lunes 22 de agosto deberá iniciar en todo México el ciclo escolar 2016-2017. Cabe observar que hasta el momento de concluir esta colaboración editorial, existía la amenaza de la CNTE, particularmente en los estados de Michoacán, Chiapas, Guerrero y Oaxaca, de continuar su abierto rechazo a la Reforma Educativa, impidiendo en aquellos lugares en que tuvieran efectiva presencia, el inicio de clases.
Difícil el escenario nacional. La cerrada actitud de la CNTE, minoritaria por cierto, ya que fuera de las entidades antes señaladas ha existido mayoritaria aceptación a las políticas que la Reforma Educativa dispone, no ha impedido la continuación de las evaluaciones a los maestros en todo el país, así como el diseño para el conocimiento, revisión y aprobación del nuevo Modelo Educativo Mexicano que vendría a ser la columna vertebral del proceso reformista de una educación, que si bien en el pasado funcionó, los requerimientos de los nuevos tiempos obligaban su actualización.
Como toda obra humana la Reforma Educativa pudiera adolecer de fallas. Cerrarnos a esa realidad sería altamente riesgoso. Para ello, la revisión de sus postulados, contenidos, estructuras, junto al análisis que en los próximos días habrá de tener el Modelo Educativo, sería altamente revitalizante a la credibilidad del magisterio nacional, quien en esencia será su aplicador.
Por mucho tiempo la decisión de llevar a cabo una Reforma Educativa de fondo, integral, indicadora de una clara rectoría del Estado, legítima, estuvo siendo postergada por los riesgos que como han podido observarse generaría. Se ha insistido que tal vez una mejor y oportuna política de comunicación hubiera atenuado los efectos, nada gratos, que ahora se observan.
Para comunicarse hay que establecer códigos que hagan entendible los diálogos; pareciera en el caso de los maestros, con las autoridades encargadas de darles a conocer la Reforma, o escuchar sus reclamos, que ambos se encuentran como en una torre de Babel donde todos hablan idiomas diferentes, impidiendo esto la solución de sus problemas. Las evidencias de rechazo a la conciliación han sido estrategias de un largo, largo tiempo de abiertos desafíos, de reuniones improductivas, de esperanzas frustradas…
El todo o nada esgrimido por la CNTE como única solución a sus protestas ha cimbrado por sus consecuencias las economías de aquellas entidades donde pareciera que nada, ni nadie, puede hacer prevalecer el Estado de derecho.
En todo el país y hacemos votos porque así sea, este lunes 22 de agosto cerca de 26 millones de alumnos, 1 millón 212 mil maestros de educación básica, deberán asistir a 226 mil escuelas. En Campeche, en 1,806 planteles escolares, 10,890 maestros darán la bienvenida a 187,464 alumnos, demostrando con ello la unidad del sector educativo.
En un momento coyuntural como el actual, las decisiones no solo deben ser prontas y oportunas, sino de fondo. No hacerlo así, con maquillajes que encubran realidades nada gratas, no hará más que solo retrasar, cuando estas aparezcan a la luz pública, consecuencias de pronósticos preocupantes.
Sin la Reforma Educativa no tenemos la mínima oportunidad de enfrentar con éxito los retos que desde ahora el presente obliga, y mucho menos los de un futuro donde solo los mejor preparados, con iniciativa, tendrán la oportunidad de competir por los mejores lugares y salarios equivalentes a sus desempeños. La masificación laboral, cientos, miles, millones de empleados en las fábricas, en la Administración Publica, va siendo parte de un pasado al que el desarrollo de la tecnología está a pasos agigantados desapareciendo. Las empresas modernas, con el apoyo de los avances tecnológicos disminuyen cada vez con mayor celeridad su planta de trabajadores, sin disminuir por esto su productividad, y en ocasiones, aumentándola.
La especialización en disciplinas antes poco conocidas, ofertadas por las instituciones educativas en el país, y el extranjero, son de un valor inapreciable. Un ejemplo, la robótica, que aquí en Campeche comienza a tener una gran aceptación de los jóvenes. Las carreras tradicionales van a la baja ante un mercado poco demandante de ellas y abrumado por la cantidad tan grande de egresados cada año de sus escuelas, sin posibilidad prácticamente, de empleo.
He ahí la importancia de la Reforma Educativa. No entender esto y continuar alimentando la hoguera de los obstinados rechazos a una educación moderna, con la capacidad de romper de una vez por todas con los grilletes de un pasado negador de un futuro nada fácil de lograr, que permitiría abrir las puertas de posibilidades de superación a esos muchos cientos de miles de jóvenes que habrán de vivir en carne propia consecuencias que pareciera se han adelantado ya.
Según reportes del Foro Económico Mundial, nuestro país está ubicado, entre 124 naciones en el sitio 102 en cuanto a calidad educativa, y en el grupo de 15 a 24 años de edad, en cuanto a calidad de nuestro Sistema Educativa, en el lugar 107. ¿Hacemos, o continuamos haciendo como si nada de esto sucediera, o por el contrario, de una vez por todas nos sumamos a esa gran Cruzada nacional por la Reforma hacia una educación de calidad, único recurso para aspirar competir con éxito en los tan complejos escenarios de este siglo XXI?