EXPRÉS. Hace un mes, en la presentación del libro ‘México, Encuentros Culinarios’, la autora dijo en su presentación que “tras recorrer nueve meses el territorio nacional y explorar los sabores de cada región, he adquirido la certeza de que la sabiduría gastronómica es un poder suave que nos seduce y nos otorga un sentido de pertenencia”. Fueron las palabras de Ana Paula Gerard, esposa del expresidente Carlos Salinas, que en la primavera del 2016 visitó Campeche como parte de ese recorrido gastronómico.
Según contaron a ‘Golpe de Timón’, los que la acompañaron, en ese recorrido por la capital campechana, Ana Paula no había podido incluir a Edzná en su agenda por falta de tiempo. “Regresaré con Carlos y los niños”.
Salinas visitó Campeche, previo a un viaje a La Habana en junio pasado pero Ana Paula estaba por concluir su libro.
El jueves la pareja llegó a Campeche en visita familiar, que incluyó encuentros privados en la hacienda Uayamón, donde se hospedó con su familia, y el viernes visitaron la zona arqueológica para luego regresar a México.
Salinas llega días después de levantar una polémica luego que a la pregunta de por quién votará en 2018, se limitó a decir “el voto es secreto”.
SIN DEFINIR. En octubre pasado este espacio argumentó las razones por las que el Frente PAN-PRD-MC posiblemente no vería la luz en las elecciones locales del 2018: “Los tres partidos en Campeche difícilmente logren acordar un reparto equitativo de candidaturas que dejen complacidas a las partes involucradas y las arterias que unen al PAN y al PRD poco coinciden en la percepciones que tienen de lo que representan sus partidos”.
A días de concluir el plazo para registrar el Frente para elecciones locales no hay avances sustanciosos que garanticen que esto sea posible. Al menos un Frente total, aunque las versiones de que sea una coalición parcial tampoco son visibles. La posibilidad más cercana es que solo el PAN y MC logren un acuerdo. Los próximos días serán cruciales, pero las diferencias sobrepasan los acuerdos.
NÚMEROS. En las elecciones federales del 2015 el PRI, PAN y Morena lograron juntos el 61% de los votos del país; PRD, PVEM, Panal, PT, PES y MC sumaron, junto a los votos nulos, el 39% restante. Dicho esto, para 2018 serán tres partidos los que busquen mantener el arrastre electoral que les permitan ser competitivos cuando inicien las campañas el 29 de marzo próximo. El 7 de junio de 2015 fue la elección de 500 miembros de la cámara de diputados federales. Debido a la reforma electoral de 2014, hubo elecciones locales en 17 entidades del país, la más grande hasta ese momento. En 2018 habrán locales en 29 entidades.
El papel de los seis partidos que acompañen las coaliciones será determinante, si se considera que a los votos nulos se suman lo que puedan restar al menos dos candidatos independientes.
Poco se deduce hoy del papel que jugarán el PRD, PVEM, Panal, PT, PES y MC para atraer a los votantes. Es evidente que el voto duro del PRI, PAN y Morena no será suficiente para ganar cómodamente una mayoría.
Si en elecciones pasadas los partidos pequeños descansaban en sus alianzas en la fuerza de los partidos grandes, ahora estarán obligados a marcar la diferencia.
En las elecciones del 2012, la diferencia entre el candidato presidencial ganador y el segundo lugar fue de 8%; para 2018, será tan competida la elección que esa diferencia entre el primer y segundo lugar será imposible. Incluso posiblemente la elección, sin importar quién sea el ganador, se decidirá en los últimos 20 días de la campaña. Al tiempo.
INGRESO BÁSICO. La propuesta de Ingreso Básico Universal del Frente aún no responde a lo que se considera una pregunta crucial. A las preguntas colaterales de donde saldrán los recursos para garantizar ese ingreso a cada mexicano, la gran pregunta es: ¿Cómo garantizará el gobierno que el recurso que llegará a cada ciudadano sea invertido en mejorar su bienestar de vida? No hay forma de garantizarlo en la forma en la que está planteada la propuesta. Y sin respuesta a esta pregunta no habrá forma de asegurar que implicará una disminución de la pobreza.
Hay un riesgo en disminuir el presupuesto a programas sociales acotados, porque los ciudadanos más necesitados dejarán de percibir atención en rubros importantes.
No es útil repartir recursos sin antes educar.
Si bien la propuesta puede ser popularmente atractiva, representa un bumerán al gobierno que pone en riesgo a los mexicanos con menos oportunidades.