Es una tragedia nacional constatar que 2017 es el año más violento de los últimos 20 años. En esa materia caminamos en sentido contrario. El 2006 y 2007 fueron los años menos violentos en la historia moderna del país. A partir de ahí empezó la regresión. Ese momento inicia con la decisión del presidente Felipe Calderón (2006-2012) de ir a la “guerra” en contra del narcotráfico.
El Presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018) ha seguido al pie de la letra la estrategia iniciada por su antecesor. Si se hace lo mismo no se pueden obtener otros resultados. A los 100 mil homicidios dolosos en el gobierno del Presidente Calderón ahora se suman los 100 mil en los primeros cinco años del Presidente Peña Nieto.
Los homicidios dolosos al terminar 2017 son 23 mil 101 que es una cifra superior a los 22,855 de 2011, que antes era el número más alto desde 1997, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (Sesnsp). En violencia el gobierno de Peña Nieto supera con creces al de Calderón.
En los últimos 20 años, el mes con la mayor cantidad de homicidios dolosos ha sido el pasado octubre cuando ocurrieron 2,372.
Mes a mes, los estados más violentos son cinco: Baja California, Guerrero, Estado de México, Veracruz y Chihuahua. Aquí se concentra una tercera parte de todos los casos.
A la tragedia de estas cifras, cada número representa un ser humano que pierde la vida con las secuelas de dolor familiar que esto implica, se añade una que considero es todavía más grave y es la irresponsabilidad de las autoridades federales de no cambiar la estrategia de lucha contra el crimen después del evidente fracaso de la misma.
Son ya 11 años, que la estrategia no ha dado resultado. Y a pesar de eso se insiste en ella. ¿Es insensibilidad ante la muerte? ¿Es incapacidad? ¿Qué se quiere demostrar? Todo señala que no solo no se está dispuesto a cambiar de estrategia sino se radicaliza la decisión de seguir con la misma. Eso es la Ley de Seguridad Interior (LSI).
Los gobiernos de los presidentes Calderón y Peña Nieto, uno inicia la estrategia y el otro la continua, han fracasado de manera rotunda en su “guerra” contra el narcotráfico, han fracasado en reducir los homicidios dolosos y han fracasado en traer la paz a las distintas regiones del país.
¿Cuál es la estrategia que sí resuelve el problema de la violencia en el país? Eso es lo que la ciudadanía quiere oír de los candidatos a la presidencia de la República. Hasta ahora solo López Obrador ha hablado de manera abierta sobre el tema. Propone el diálogo y la amnistía a los narcotraficantes. ¿Es la estrategia adecuada? No sé.
Lo que es evidente es que los candidatos Anaya y Meade no pueden proponer a la ciudadanía seguir con la “guerra” de los gobiernos anteriores. El fracaso nunca es la opción. ¿Cuál es su propuesta?
La sociedad la está esperando y cuando la den a conocer podrá reaccionar ante la misma.