Mayweather estuvo magistral a veces, con derechazos sordos y otros golpes que ensangrentaron la cara de Guerrero, en una actuación que hizo recordar algunos de sus mejores peleas. Mayweather lesionó a Guerrero en varias ocasiones, incluso con una serie de derechazos hacia el final del octavo round que hizo que Guerrero doblara las rodillas.

Mayweather se mantuvo invicto en 44 peleas, mientras que la derrota de Guerrero fue apenas su segunda como profesional.

Mayweather estuvo casi un año sin pelear y luego de cumplir una sentencia de cárcel.

La estrategia fue la defensa y Mayweather la siguió a la perfección. Con su padre dirigiéndolo desde la esquina después de una ausencia de 13 años, dominó a Guerrero en un rendimiento ciertamente poco esperado de un boxeador de 36 años de edad.

“Necesitaba a mi padre esta noche”, dijo Mayweather. “Él me dijo que me concentrara en mi defensa y que mientras menos golpes recibiera más duraría”.

Los tres jueces anotaron la pelea 117-111 a favor de Mayweather. The Associated Press dio vencedor a Mayweather por 119-109.

“Lo hicimos de nuevo”, dijo Mayweather después de ganar por lo menos 32 millones de dólares por su función de la noche. “Me quito el sombrero ante Robert Guerrero. Es un verdadero guerrero”.

Aunque la pelea no fue terriblemente agradable para los 15.880 asistentes, fue terriblemente eficaz.

Mayweather hizo que un rival que no había perdido en ocho años acabara con la mirada aturdida mientras él bailaba, se acercaba y conectaba derechazos con frecuencia creciente.

El campeón acabó tan fresco que podría seguir adelante con su plan de luchar de nuevo en septiembre.

“Yo estaba buscando el nocaut, pero me lastimé la mano”, dijo Mayweather. “Me siento mal de no haberle dado un nocaut a los aficionados”.