Prueba superada en el Informe, Carmen

Estado, Jueves 8 agosto, 2013 a las 9:34 am

Distraídos. Los gobernadores de Puebla, Rafael Moreno Valle (enmedio), y de Quintana Roo, Roberto Borge (der), pusieron por momentos más atención a sus teléfonos celulares que al Informe de Ortega Bernés (Fotos: Robin Canul)

GABRIEL GUTIÉRREZ R
GGUTIERREZ@MULTIMEDIOSCAMPECHE.COM

Para ser su primera vez, no estuvo mal. Ciudad del Carmen albergó un inédito Informe de Gobierno y cumplió bien… excepto por un invitado incómodo: el calor sofocante que no respetó jerarquías ni influyentismo en el Domo del Mar.

Lo mismo gobernadores invitados que las lideresas de colonia de San Francisco de Campeche y ejidatarios invitados de Candelaria o Escárcega sufrieron las inclemencias del horno en que por momentos se llegaron a sentir durante el mensaje del gobernador del Estado. Los ‘abanicos solidarios’ y pañuelos salían a relucir a cada segundo en las dos secciones en las que se dividió el gran Domo carmelita: la verde (para invitados en general) y la roja (para los invitados VIP). Los enormes ventiladores distribuidos en los extremos del escenario resultaron insuficientes, aunque tampoco fueron motivo de mayor preocupación; lo importante era asistir a la Isla, saludar y cruzarse con los políticos siempre prestos al abrazo y al beso.

Como cada año, la expectativa era ver quiénes llegaban de invitados especiales. La visita del secretario de Gobernación, Miguel Osorio, ya había sido descartada, y la atención se centraba en si llegaría o no el gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge. En los pasillos se hablaba que el anuncio importante del gobernador campechano en su Informe se centraría en la victoria legal de nuestro estado en la disputa territorial con Quintana Roo. Pero Borge Angulo llegó y nunca hubo tal.

Fue precisamente el mandatario quintanarroense el más distraído de los gobernadores invitados. Al ser sentado junto al poblano, Rafael Moreno Valle, inmediatamente hicieron química y pasaron los primeros 25 minutos del Informe platicando y sonriendo, sin importarles que el gobernador Fernando Ortega hablara de los avances de Campeche en sincronía con las dos pantallas gigantes colocadas en el escenario. Borge, cuyo cuerpo de seguridad irritó a la prensa campechana que se empeñaba en escuchar su opinión sobre la disputa territorial, no dejaba de secarse el sudor, mientras charlaba con su amigo Moreno Valle.

En el otro extremo de la misma fila de invitados era notorio el contraste con los gobernadores de Tabasco, Arturo Núñez; de Tamaulipas, Egidio Torre; y de Tlaxcala, Mariano González Zarur. Ninguno de ellos se distrajo; por el contrario, siempre estuvieron escuchando y atentos a los avances de Campeche. A Núñez, incluso Ortega Bernés lo mencionó como su ‘gran maestro’.

Fueron en total 10 gobernadores los asistentes. Notable la ausencia de Eruviel Ávila, gobernador del Estado de México, como también la de tres ex mandatarios campechanos: Carlos Pérez Cámara, Salomón Azar y Jorge Carlos Hurtado Valdez.

La jornada había empezado con una ceremonia cívica celebrada a un costado del Centro de Convenciones en la que se develaron los bustos de Arturo Shields Cárdenas y Pablo García y Montilla. Minutos más tarde, los diputados locales celebraban su sesión extraordinaria para recibir el Informe. “¿Por qué no nos quedamos aquí para el Informe?”, se preguntaban algunos al interior del Centro de Convenciones, desde la comodidad de sus asientos y gozando del aire acondicionado. “Porque es muy chico”, respondía un diputado carmelita, conocedor de la capacidad de los máximos foros de la Isla.

En la sesión – a la que faltaron cuatro diputados- ya estaba reunida la clase política, con los legisladores locales y federales, y los presidentes de los partidos de oposición. Todos respondiendo de buen ánimo a la prensa al interior y afuera del recinto. Incluso Ramón González, secretario general del Congreso, aprovechaba la ocasión para llevarse una postal con su iPhone.

Una caminata de seis minutos hacia el Domo del Mar ya anunciaba el calorón que se registraría debajo de la estructura metálica, que a las 11 de la mañana ya lucía llena en sus secciones verde y roja. Todos los invitados pasaron obligadamente por los detectores de metales, además de que eran vigilados por las ocho cámaras móviles de los vehículos detectores de placas utilizados en los retenes de las carreteras a Mérida y Champotón.

Al interior del recinto, los sindicalizados de Sedesore se peleaban por las playeras regaladas con la leyenda “Soy Solidario”, mientras la orquesta del Estado entonaba las primeras piezas y la pelea por los “abanicos solidarios” y las “congeladas” crecía. Desde las 11 horas hasta las 11:25 fueron cinco llamadas de atención del sonido local para que los invitados pasaran a sentarse. Ya no cabía nadie.

Siete minutos le bastaron al gobernador para ingresar al Domo, acompañado de su esposa, Adriana, seguidos de su inseparable secretario de Gobierno, Roberto Sarmiento, y el alcalde anfitrión, Enrique Iván González. Fueron los últimos minutos para poder desplazarse a la parte posterior del Domo, donde estaba más fresco que en los asientos VIP. El bochorno llevó al presidente nacional del Panal –el partido del hoy malquerido Gabriel Quadri-, Luis Castro a dormitar; mientras el agitar de los abanicos crecía y de plano algunos optaban por levantarse e irse atrás.

Quince minutos antes de finalizar el mensaje del gobernador campechano, Moreno Valle, el gobernador de Puebla, volvía a distraerse, pero esta vez con su colega de Chiapas, Manuel Velasco, quien, a diferencia de los mandatarios de Tabasco y de Tlaxcala, llegó sin su esposa, la cantante Anahí. Con un ¡Viva Campeche! y un ¡Viva México! concluyó el mensaje. Carmen había pasado la prueba.

Vigiladitos. Si bien muchos anticipaban un impresionante despliegue de seguridad, la realidad fue que se implantó un operativo discreto con revisión de metales, cámaras de vigilancia, y rondines militares