De regreso. Al colocar los huesos en el osario, el cráneo debe ir 'viendo' hacia afuera, como símbolo de que aún observa a su familia (Foto: Robin Canul)

De regreso. Al colocar los huesos en el osario, el cráneo debe ir ‘viendo’ hacia afuera, como símbolo de que aún observa a su familia (Foto: Robin Canul)

REDACCIÓN

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En Pomuch, Hecelchakán, son muchos los visitantes que llegan en estas fechas atraídos por la particularidad de su tradición al conmemorar a los fieles difuntos.

Habitantes del lugar ven con fnormalidad el hecho de limpiar cada año los restos humanos de sus familiares, ya que es como una forma de recibir entre los vivos a las almas de los que ya no están en este mundo, como rezan las creencias mayas.

Algunos cuerpos momificados son observados dentro de las cajas que se usan para mantenerlos juntos, algunos ya sin recibir un cambio de ‘paño’, como se hace llamar el manto bordado con el nombre del difunto, el cual según comentarios de los que realizan esta tradición es costoso porque está bordado especialmente para esta ocasión.

El encargado del camposanto, José Alfonso Hernández Aké, menciona que algunos realizan la limpieza personalmente y otros ocupan a personas que por muchos años se han dedicado a este trabajo eventual por la cantidad de 20 pesos.

Año con año llegan cientos de reporteros y visitantes nacionales e internacionales a presenciar esta tradición que se niega a morir.

La limpieza de cementerios -aunque de maneras distintas- se lleva a cabo año con año a lo largo y ancho de la geografía estatal.