Además de contar con una arquitectura única en sus templos y edificios coloniales, nuestra ciudad posee un crisol de manifestaciones culturales, que se desarrollan en las celebraciones religiosas y en las fiestas populares de los barrios más antiguos de la ciudad.

Uno de ellos, es el barrio de Lerma, a siete kilómetros de la ciudad de San Francisco de Campeche, donde la añeja tradición de marinos y pescadores hacen de este lugar un sitio pintoresco que se duerme y despierta bajo el susurro del mar campechano.

Cuenta la tradición que este lugar comenzó a ser llamado como Lerma en el siglo XVI, cuando fue adjudicado como encomienda al comerciante y naviero, el español, Juan de Lerma.

Un siglo después este lugar experimentó el escarnio de los amagos filibusteros cuando en 1663, se presentó frente a las costas una flotilla de trece naves al mando de Henry Morgan.

La Religiosidad

Además de su herencia con el mar, Lerma cuenta con una iglesia principal, que en sus orígenes fue construida de paja.  Ahí se realizaban los actos religiosos de toda la comunidad.

En 1812, don Luis de Totosaus, rico vecino del pueblo, donó una buena cantidad de dinero para la construcción de un templo de mampostería, mismo que fue inaugurado el 18 de octubre de 1812. El templo fue dedicado a la Virgen de la Asunción, cuya imagen fue donada por don Joaquín García de Rejón siendo bendecida la misma fecha de la inauguración la iglesia.mar y diversión 3

Las fiestas patronales originalmente eran en el mes de octubre hasta que fueron cambiadas a mediados del siglo XIX para el mes de agosto como hasta la fecha. Su interior está compuesto por un altar mayor construido de mármol en la década de los 60’s, donde se aloja la imagen de la Virgen de la Asunción, patrona del lugar.

La diversión

Otra de las celebraciones populares con mayor arraigo en esa comunidad, es el Carnaval, donde niños y adultos siguen celebrando “la pintadera”, “el toro vaca-che”, “el oso”, “Juan Carnaval” y las comparsas.

Sin embargo, fue la comparsa de Las Jicaritas y Los Papagayos, las que mayor arraigo tuvieron en esa comunidad; estás comparsas eran llevadas de casa en casa. Los vecinos agasajaban a los integrantes brindándoles refrescos y bocadillos. Con el pasar del tiempo, esta tradición se ha ido perdiendo.

La comparsa de Las Jicaritas, se conformaba por un grupo de siete parejas, que incluía al rey y la reina del Carnaval (occidentalizados), el negro y la negra, y el viejo y la vieja (de extracción indígena) a veces se fusionaba en el mismo personaje; es decir, cuando hay reyes en un bailable, no hay negros como personajes centrales, y viceversa, estos personajes año con año cambian de soberanos y desde finales de noviembre empieza el movimiento carnavalesco con la selección de reyes y reinas.

El vestuario de los reyes no eran único, sino que generalmente se trataba del mismo que portaban los demás comparseros; la diferencia radicaba en su posición privilegiada como cabeza de una de las dos filas de la comparsa.mar y diversión 2

Los hombres llevan gorra tejida con cascabeles, camisa blanca brillosa de manga larga, pantalón corto, corbata con moño tipo bohemio, medias blancas, sandalias o zapatos negros.

 Mientras que las mujeres llevan sombrero de henequén de ala ancha y cintas largas con cascabeles, blusa como la regional campechana, falda corta arriba de las rodillas, medias blancas y zapatillas negras. El vestido estaba salpicado con cascabeles por todas partes, y todos los integrantes llevan jícaras formadas con medios cocos secos pulidos, en manos, pecho, espalda y ambos muslos.

En la primera parte todos llevan sonajas de hojalata, en la segunda cantan y bailan, y en la tercera realizan distintas maniobras en las que hacen sonar las jícaras. En la cuarta solo se producen los ruidos de las jícaras y bailan para despedirse.

La ‘Comparsa de los Papagayos’, es un baile muy singular muy propio de los carnavales de Lerma, con lo que la gente realizaba una imitación de las peleas de los papagayos (papalotes o cometas). Generalmente es un baile  divertido y termina cuando una de las colas cortaba la cuerda o hilo aparentemente del papagayo opositor, este se despedía y se iba yendo, quedando el triunfador dando vueltas hasta finalizar la música.

Estas comparsas canavalescas del poblado de Lerma han sido integradas a los bailes regionales, la única diferencia es que anteriormente eran hombres los integrantes de las comparsas. Actualmente son hombres y mujeres, pero esto no desmerece la originalidad de éstas que forman parte de nuestras tradiciones y de la herencia cultural de Campeche.

Alejandro Teh Barbosa
Oficina del Cronista

COORD. LUIS ANGEL RAMOS JUSTO
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