Estuve en la Cd. de México hace unos días y tuve la oportunidad de visitar las tres casas que tiene el gobierno de Campeche en esa ciudad. La representación del gobierno del estado de Campeche en el D.F. es el rostro que damos en la capital y es un maravilloso rostro, es sobrio, de buen gusto y con una biblioteca en la que me gustaría pasar horas y horas, es para todo sentido la mejor de nuestras caras, aquella que nos recuerda que Campeche ha sido cuna de grandes personajes con un alto nivel de cultura, artistas y mexicanos de bien.

Las otras dos casas son una manera de honrar a dos grandes campechanos de la mejor manera posible, abriendo sus puertas para darle refugio a nuestros paisanos que deseen estudiar su posgrado. La casa “Pablo García y Montilla” es exclusiva de varones y ya en funcionamiento me permitió hablar con candidatos a doctores de lingüística, de ciencias químico biológicas y alta especialización en cirugía oral protésica es decir, platiqué con tres de nuestras mejores mentes que siguen preparándose y que desean traer a nuestra ciudad todo lo aprendido.

La tercera casa, la “María Lavalle Urbina” la residencia exclusiva para damas es de las que mejor gusto he encontrado en mucho tiempo, cada detalle cuidado, la decoración mezcla de la sobriedad industrial junto con la calidez de la madera y áreas luminosas donde pasar el rato leyendo y recordando que Campeche está ahí, que en esa casa se encontrarán las mujeres que traerán gloria aún mayor a este estado y que en cada visita honrarán a otra ilustre campechana.

Lo mejor del asunto es que esa casa que estuvo a punto de perderse por una invasión fue recuperada y con donaciones de campechanos residentes en la Ciudad de México y de gente que quiere a nuestro estado se rehabilitó y el costo fue prácticamente nulo y el beneficio será enorme. En esa casa Enrique Flamand y Carlos del Río, Representante y Director General de la Representación, me contaron anécdotas de cada rincón, de cómo se logró, de cómo se pusieron ellos a trabajar junto con el personal con el fin de dejar esa casa no solamente funcional sino ideal.

El hecho de rescatar las casas del pueblo de Campeche y convertirlas en lugares donde se les dará cuidado y atención a un grupo de paisanos de excelencia que quieren estudiar y seguirse preparando para traer a Campeche lo aprendido y hacer mejor nuestro estado es quizá el mejor homenaje que se les puede brindar a los campechanos que tienen su nombre en esas casas. La representación se ganó mi admiración absoluta y eso no es fácil en estos momentos en los que a veces dudo hasta de mi sombra. El dar facilidades para la instrucción continua de nuestros paisanos nunca será un gasto y siempre será una inversión pues solo de esa manera podremos tener la mejor herramienta para desarrollar este estado.

Me encanta poder hablar bien de algo, me encanta haber visto como el poco o mucho recurso se aplicó de manera perfecta, me encanta saber que Campeche es el primer estado que brinda una casa de hospedaje a las mujeres que quieran estudiar un posgrado. Pero sobretodo, me da gusto saber que más allá de cualquier grilla o discusión política, Campeche empieza a vislumbrar a sus ciudadanos como lo que son, el principio y el final de todo lo que se hace… Ahora solo hay que lograr que sea siempre, en cada área y todo lugar de la geografía estatal pues somos campechanos y debemos de sentirnos orgullosos de serlo y dedicarnos a darle a nuestro estado, lo mejor de nosotros.