No sólo mató a tres integrantes de una familia, sino que cuando los atropelló, en estado de ebriedad, no se detuvo para prestarles auxilio: Huyó, se escondió y finalmente evadió a la justicia.

Pese a ello, C.A.G.C., el exfuncionario federal que conducía el auto, no pisará la cárcel mientras se lleva a cabo su proceso judicial, al que fue vinculado ayer.

Según el Código Penal federal, en casos de homicidio culposo se puede imponer hasta una cuarta parte de la pena por homicidio simple, es decir, seis años de prisión por cada víctima, lo que haría un total de 18 años de cárcel.

Pero el caso tiene serios agravantes, como conducir en estado de ebriedad, no haber auxiliado a los afectados, atentar contra mujer embarazada y menores de edad, con lo cual las penas se ampliarían hasta los 70 años de prisión y reparación del daño de hasta 1.7 millones de pesos.

Pero no será así. La justicia en la 4T y el Gobierno de Morena tiene el sello del amiguismo y la complicidad: El accidente mortal, que causó indignación en la sociedad, sólo ameritó 200 mil pesos de garantía e ir a firmar cada mes a los juzgados.

Hoy el multihomicida de la López Portilo descansa en la seguridad y tranquilidad de su hogar.

Gilberto Ávila.

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