A Sharon Stone no le gusta el bótox, pero sí le gustan sus arrugas, o por lo menos eso ha asegurado en entrevista para Vogue Arabia.

La actriz de 64 años reveló que recientemente un novio suyo terminó su relación porque ella se negó a someterse a inyecciones de boto.

Después de que el novio joven de Stone le preguntara si solía usar la toxina ella le respondió que “sería solamente bueno para tu ego y para el mío que yo me inyectara esa cosa”.

“Lo vi una vez más después de esa discusión y después me dijo que ya no estaba interesado en verme más. Si no puedes ver más allá de mis arrugas, te invito a buscar la salida más cercana”, dijo con buen humor.

La estrella de Hollywood confesó que sí usó el inyectable en algún momento de su vida, aunque decidió dejar de usarlo porque lo encontraba “demasiado doloroso”.

Agencias.

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