Vivimos en un paraíso, de eso no cabe duda, estamos en un estado tranquilo en comparación a la terrible realidad que vivimos en nuestro país y que a pesar de llevar una década así, seguimos sin acostumbrarnos (y que bueno que no lo hagamos).
Campeche entre sus muchas virtudes tiene recursos naturales, historia, extensión de tierra y poca densidad demográfica, Campeche es como una hoja en blanco donde cualquiera puede escribir su futuro. No obstante, a pesar de lo anterior o quizá por lo mismo, no terminamos de despegar, nuestro desarrollo es muy bajo en comparación a otros estados de la región y si bien nuestro PIB es de los más altos, esto se debe a la extracción petrolera que va en declive en nuestro territorio.
Si me preguntan a mí, lo peor que le pudo pasar a este país es convertirse en país petrolero, dejamos de enfocarnos en otras áreas productivas y decidimos ir por lo sencillo y aún así, no fue tomado en serio pues no le dimos valor agregado, solo sacamos crudo y listo.
En Campeche tuvimos otros grandes productos, el palo de tinte o palo de Campeche que fue valioso hasta descubrir un pigmento sintético, maderas preciosas que siguen siendo valiosas pero que nos las acabamos pues no pensamos a futuro, el chicle que tuvo gran demanda hasta que se inventó un producto sustituto, el camarón que por las características de nuestro golfo, la mezcla única de salinidad de la laguna de términos y la riqueza de nuestro mar fue sumamente apreciado y valorado, también nos lo acabamos y ahora que se abrirá la zona de exclusión de Pemex encontraremos ahí lo que no se pudo depredar, espero que en esta ocasión seamos más inteligentes y el petróleo que a pesar de la enorme riqueza que trajo, también trajo enormes cantidades de situaciones para las que no estábamos preparados (si alguna vez se puede estar preparado para eso).
En fin, el caso es que hemos sido un estado maravillosamente rico pero quizá por eso mismo, nos hemos acostumbrado a poner todos los huevos en una misma canasta y luego nos hacemos un caldo con la gallina de los huevos de oro para comer en la noche y ya estuvo.
Estados con las mismas condiciones climáticas como Yucatán o Tabasco se desarrollaron a ritmos mucho más acelerados que los nuestros, Quintana Roo nació apenas hace 4 décadas y hoy es el que mayor cantidad de divisas obtiene provenientes del turismo (Las playas y la arena de Quintana Roo son y seguirán siendo inigualables).
Entonces hay algo que debemos de modificar pues además de compartir mismo clima tenemos la ventaja geográfica de ser el paso a la península además de ser el único estado con dos fronteras internacionales.
Hoy tenemos agua, quizá esa sea la riqueza más grande que hemos tenido, nuestra tierra es fértil y no muy accidentada como para poder sembrar, claro, tenemos y debemos ser conscientes que también tenemos el enorme privilegio pero también la enorme responsabilidad de tener el segundo pulmón de América así que, nada de devastar tierras, nada de quemas indiscriminadas o tala no permitida, nada de acabar con mangle y ya basta de comerse los cerros por favor.
Ya basta de divagar, lo que he tratado de decir desde la primera línea es que nos hemos acostumbrado a confiar en un solo producto cuando deberíamos estar diversificando nuestros productos agrícolas y generando la agroindustria en Escárcega para que ahí se les diera el valor agregado con todas las especificaciones internacionales y de ahí salir vía Seyba, Carmen, Progreso o Belice dependiendo de su destino. La diversificación de agroindustria es un camino y la especialización de las universidades es otro donde quizá nos saldría más rentable tener dos grandes universidades con grandes dormitorios estudiantiles y buscar que fueran los alumnos los que se movilizaran que pulverizar recursos y poner centros de estudios superiores por toda la geografía. Cada idea es útil, cada oportunidad de negocio también pero no hay que olvidar que cada cosa que se realice se debe de hacer de manera ética, con compromiso social y buscando mejorar nuestro entorno, pues si seguimos con las prácticas de “friega que te vienen fregando”, “el que no transa, no avanza” o el “mochilas pa’ los cuates” lo único que estaremos haciendo es limitar nuestra posibilidad de crecer y desarrollar nuestro estado y esto no es programa gubernamental municipal, estatal o federal, es decisión de cada uno de nosotros, de nuestra consciencia y de lo que queremos para nuestros hijos.
Saquemos los huevos de la misma canasta y pongámoslos… donde deben estar.