La pandemia de coronavirus favoreció otro tipo de manifestaciones de amor al Cristo Negro de San Román, afirmó el Obispo de Campeche, José Francisco González González, durante la homilía del día de ayer en el Santuario del santo patrono.

En el sermón, Monseñor recordó que este año los festejos se celebraron de forma distinta a causa de la contingencia, y que lo que parecía una fiesta que no se iba a celebrar, derivó en otras formas de devoción por parte de la feligresía.

“En este año 2020 han sido unas fiestas muy distintas, muy particulares. Se celebró sin fieles, a causa de la pandemia, mucha gente se unió a través de las transmisiones para escuchar las misas que se celebraron en San Román. Otra distinción fue la presencia de muchos sacerdotes que quisieron participar en las eucaristías. Además, cuando se pudo participar con fieles, muchas parroquias vinieron peregrinando con sus patronos y fieles”, aseguró.

Del mismo modo, dijo que el evangelio habla de dos actitudes que el católico puede tener ante Dios, su Palabra y sus mandamientos: obedecer o no obedecer, y las consecuencias son distintas.

“No nos olvidemos que, si oímos su palabra y obedecemos, vivimos; si no, morimos. Dios nos da su palabra para hacernos vivir a nosotros. El enemigo de Dios nos engaña y nos hace creer lo contrario, creyendo que desobedeciendo a Dios seremos más libres, más autónomos. Eso es un engaño”, puntualizó.

Bendice desde las vías

Después de la misa de ‘aurora’, por primera vez en sus 455 años de historia, el Cristo Negro de San Román realizó su ‘Paseo por Tierra’ sobre las vías férreas.

Después de un recorrido por calles de la ciudad llegó a la estación antigua bendiciendo las vías férreas y el campo campechano para que haya buena cosecha.

La imagen continúo hasta llegar al Santuario del Inmaculado Corazón de María en la Hacienda Uayamón, pasando por el poblado de Chiná, para después regresar a San Román.

Gilberto Ávila.