Francisco López Vargas
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Francisco López Vargas
Analista Político, conductor y productor en Telesur, y colaborador de EL EXPRESO desde su fundación. Estudió Comunicación en el Instituto de Ciencias Sociales de Mérida.
@elnegrito_63

Gobernadores

Voces, Viernes 27 julio, 2012 a las 11:22 am

Los gobernadores que hoy están al frente de diferentes estados no sólo están demostrando una absoluta inmadurez en su manera de gobernar, sino que además actúan de una manera que verdaderamente lastima no sólo a sus gobernados.

La manera atrabiliaria de actuar de un gobierno daña a quienes lo eligieron y a quienes no en su entidad, y se agrava cuando se traspasa esa frontera y se convierte en un peligro regional.

Tres casos que nos afectan se dan en Tabasco, Yucatán y Quintana Roo. Hay que decirlo, en los dos últimos casos parecieran un problema de inmadurez política y, en el otro de un desprecio por la política que llevó a la absoluta derrota del PRI como pasó en la tierra del plátano.

La afectación a los campechanos es en dos rubros delicados: que mu­chos tabasqueños han encontrado en Campeche refugio huyendo de la violencia que se da en esa entidad y el otro que delincuentes perseguidos por la justicia ahí se refugian en Carmen, Atasta, Palizada y Candelaria después de cometer sus fechorías.

El derrumbe económico y el desastre que vive en Tabasco desde hace al menos tres sexenios afecta a los campechanos además porque más de un político de ese terruño ha tratado de ubicarse aquí para tener cierta movilidad.

En Yucatán, la soberbia con la que se conduce Ivonne Ortega es mani­fiesta en el abandono político y económico, lo que ha provocado que mu­chas empresas vengan a tratar de obtener aquí lo que no hay en su tierra.

Quizá el más complejo de los problemas nos rebote de Quintana Roo, entidad en la que muchos campechanos hacían negocios desde los años del contrabando y la explotación clandestina de la madera.

La cercanía de ambos llegó al extremo de que un campechano, Ra­fael Lara y Lara, originario de Hopelchén, fue alcalde de Benito Juárez, gracias al apoyo de Mario Villanueva Madrid, quien poseía un bastante amplio rancho en ese municipio.

Los problemas para el PRI y para sus gobiernos en esa entidad se han ido complicado prácticamente desde la gubernatura de Villanueva Madrid en el sexenio 1993-99 cuando dejó el cargo para ir a prisión por lavado de dinero y vínculos con el narcotráfico.

El crecimiento opositor en esa entidad, para muchos, obedeció a una estrategia del propio presidente Zedillo para complicarle la vida a un go­bernador que se la complicó a la familia presidencial. La desesperación de Villanueva ante su visible derrota en varios municipios -Benito Juárez y Carrillo Puerto como los más visibles-, lo hizo operar en comunidades fronterizas al extremo de que movió a gente de la región de Calakmul y Hopelchén para votar por él.

Con la salida de Salomón Azar García del gobierno local y la creación del ayuntamiento de Calakmul se dio el inicio de una lucha territorial estúpida, promovida desde Quintana Roo para lograr más apoyos pre­supuestales y políticos.

 

La decisión de pelearle a Cam­peche y a Yucatán parte de su te­rritorio fue una cortina de humo para tratar de desviar la atención de los problemas del narcotráfico y la vinculación del gobierno de esa en­tidad con la operación de los capos.

Quintana Roo se descompuso y se ha seguido descomponiendo con los gobiernos de Joaquín Hendricks y Félix González Canto y se ha agrava­do seriamente con Roberto Borge, un gobernador que, está claro, demues­tra su inmadurez en cada acción.

Recién llegado al cargo y en ple­na contingencia por huracán, se fue al mundial de futbol en Alemania; se ha hecho famoso por sus viajes al ex­tranjero y más aún por su desprecio por la política, al grado de haber viaja­do durante la parte más compleja del proceso electoral, dejando su respon­sabilidad a su secretario de Gobierno y a los enviados del PRI nacional.

Sin embargo, el día de la elección salió a mostrar su voto por Peña y provocó una denuncia en su contra, pero lo más grave es que olvidó su responsabilidad política y el PRI perdió dramáticamente los comi­cios presidenciales.

Para tratar de taparle el ojo al ma­cho, ahora promueve la reconstruc­ción del Punto Put y con ello inicia una nueva escalada en la lucha jurí­dica por apropiarse de un territorio ajeno.

En este lío, Campeche tiene la razón y Borge sólo trata de desviar la atención y de ganar una simpatía que su pueblo no le tiene. Así, los campechanos debemos aliarnos con nuestro gobierno y defender una sinrazón de un gobernador in­solente por infantil e inmaduro.

Ojalá ese constante señalamiento en su contra al interior del PRI ter­mine por meterlo en cintura, porque razón no tiene.