
Esta semana el Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó el crecimiento de la economía mexicana para este 2013 en 1.2%, muy por debajo de las expectativas iniciales que eran del 2.9, aún así el Banco de México a pesar de que conforme a transcurrido el año ha realizado importantes ajustes a la baja en sus pronósticos, sigue manteniendo un crecimiento esperado en 1.7% lo que es ya muy difícil suceda.
Por otra parte, las reservas de dólares que mantiene México en la actualidad siguen teniendo récords históricos, sobrepasando ya la barrera de los 172 mil millones de dólares, lo que es un soporte suficiente para hacer del peso una moneda sólida, sin embargo la especulación y factores externos están ejerciendo una fuerte presión, aunado a la efervescencia interna que han detonado las reformas estructurales que el Gobierno de la República ha impulsado desde diciembre del año pasado.
Habrá que estar muy atentos a lo que sucede en Estados Unidos, principal socio comercial de México y economía clave para la estabilidad mundial, actualmente sumergido en una de sus más álgidas crisis políticas que pueden desencadenar un problema económico de magnitudes que no se tiene precedentes en caso de no aprobarse en tiempos sus presupuestos y capacidad de endeudamiento y esto determine una moratoria de pagos de los Bonos del Tesoro estadunidense, lo que afectaría prácticamente a todas las economías del orbe, muy especialmente a México. Este importante instrumento financiero es uno de los más confiables medios que soportan las finanzas de varios Bancos Centrales de diferentes países alrededor del mundo y para los grandes inversionistas privados. Ya las bolsas de valores de los principales mercados del mundo están sufriendo una serie de caídas especulativas relacionadas a esta incertidumbre.
Lo más significativo es que el problema de Estados Unidos más que económico es político ante la lucha de poder entre el ala más conservadora republicana del Congreso y los demócratas que apoyan a las iniciativas del Presidente, como es el caso del Programa de Salud. Tal parece que las terquedades políticas no nos son exclusivas y es increíble que los intereses de la política estén por encima del bienestar de una nación y en este caso de muchos habitantes del mundo.
En México, a pesar de las históricas reservas internacionales de divisas y de tener presupuestos aprobados para ejercer este año, pareciera que la transición de la entrada del nuevo gobierno, aunada a la apuesta por las reformas estructurales para poner las bases del nuevo sexenio y cimentar una transformación para hacer crecer a nuestro país, no ha sido lo dinámica y efectiva como lo requiere nuestra economía.
Si bien algunos sectores de la economía nacional crecen moderadamente, los estratégicos, como es el caso del ramo de la construcción, están sufriendo una importante caída y estancamiento relacionada al subejercicio presupuestal del Gobierno Federal.
Los principales programas federales han tardado mucho en comenzar a funcionar y la sincronización de tiempos, proyectos y prioridades con los gobiernos de los estados ha sido complejos en este arranque, lo que se está reflejando en la economía al no existir suficientes flujos de efectivo para las empresas, los patrones de consumo han sido moderados para las personas y la generación de nuevas fuentes de empleo no se están dando como se esperaba.
Si a todo esto sumamos la distracción que está incitando la desinformación y falta de coordinación con respecto a los contenidos de cada una de las Reformas e iniciativas que se han metido al Congreso de la Unión para su discusión, afectando a muchos gobiernos y distrayendo la atención y recursos de los temas prioritarios por atender los problemas políticos y desórdenes que incitan estas acciones en diferentes segmentos de la sociedad, principalmente en los sindicatos y organizaciones sociales. Y bueno, en adición al ya complicado panorama nacional, la destrucción que provocaron los recientes fenómenos climatológicos que se sufrieron en gran parte del país, que requiere atención y deberá corregir las asignaciones de recursos de como originalmente se plantearon. Situaciones caóticas que afectan la economía de las diferentes regiones de México.
Mucho debemos de estar atentos en Campeche respecto a todos estos acontecimientos que nos afectan directa y colateralmente, ya que estamos acostumbrados a una parsimonia que solo alcanza a distinguir los tiempos de la política; los campechanos debemos concentrarnos en lo que es realmente importante, porque estamos marchando a contratiempo. La distracción no solamente nos puede sumergir en el estancamiento, sino comprometer nuestro futuro a un nulo crecimiento.
Por lo pronto, los sectores que ya hayan logrado acceder a recursos federales deben de ponerlos a trabajar con agilidad porque en este último trimestre del año, los recursos que no hayan sido ejercidos comenzarán a ser solicitados por el Gobierno Federal para solventar otras problemáticas nacionales, no importando la magnitud del proyecto ni los compromisos contraídos con el estado. En Campeche estamos acostumbrados a excesos burocráticos donde la operatividad y prioridades no se comunican con las áreas administrativas que todo complican y hacen inoperantes programas y proyectos que se necesitan con alta prioridad. No estamos en tiempos de darnos el lujo de que el escritorio de enfrente no se habla con el otro y cada uno vaya por su lado cubriendo sus propios trámites.
Tampoco son tiempos de política y “grillas baratas”, sino de concentrarse en gestiones prioritarias para Campeche, no podemos desunidos, poniendo trabas unos a otros, obtener soluciones para la problemática local. Evitemos esos distractores, no seamos tan imprudentes como los demócratas y republicanos estadunidenses, tengamos un mejor nivel y preocupémonos por el bienestar de nuestra gente. Entendamos los tiempos y el entorno donde nos estamos moviendo, nada está demasiado lejos como para que no nos afecte, ni nada está ajeno a nuestra situación local. Son tiempos de pensar en economía y bienestar, no son tiempos de perder el tiempo.