El título que por muchos años ostentó Campeche, como ‘el estado más seguro del país’, ya se perdió en forma definitiva. Hoy ese título lo ostenta Yucatán, pero eso no es todo, sino que otros estados son estadísticamente más seguros que el nuestro, como Tlaxcala, Nayarit y Chiapas, mientras que Campeche se asemeja numéricamente a Guerrero y Colima.
Así se lee en el último reporte del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), con corte del pasado 20 de octubre, que señala que de enero a septiembre pasado se contabilizaron en Campeche un total de 18 mil 968 delitos.
Ese dato contrasta, por mucho, con los apenas 3 mil 221 ilícitos cometidos en el mismo periodo en Yucatán, un estado con más del doble de la población de Campeche. Pero ahora no sólo Yucatán le gana. También hubo muchos menos delitos en Tlaxcala (3,369), Nayarit (6,112) y Chiapas (12,384). Mientras que Campeche se ubicó más cerca de entidades como Guerrero (20,304) y Colima (21,318).
En un comparativo, vemos que la tasa de delitos en Campeche se incrementó en un 1,134 por ciento entre el primer año de la anterior administración estatal y la actual.
¿Quién es el responsable de esto?, ¿Quién debe rendir cuentas ante el evidente y total fracaso de la 4T en el tema de la seguridad pública? Los campechanos se dividen en dos opiniones: Unos exigen renuncias y otros comparecencias ante el Congreso, pero en ambos casos los señalados tienen nombres y apellidos: Aníbal Ostoa Ortega, secretario de Gobierno; Marcela Muñoz Martínez, titular de la SPSC; y Renato Sales Heredia, titular de la FGE.
Redacción.