La cifra de fallecidos por el sismo que remeció esta semana el oeste de China subió a 74 personas, con otras 26 desaparecidas, reportó el gobierno el miércoles, mientras crecía la frustración por el estricto confinamiento contra el COVID-19 que impidió que los residentes saliesen de sus casas tras el temblor.

El sismo de magnitud 6.8 registrado poco después del mediodía del lunes en la provincia de Sichuan causó grandes daños en viviendas en la región autónoma tibetana de Ganze y remeció edificios en la capital de la región, Chengdu, cuyos 21 millones de ciudadanos están bajo un estricto confinamiento por el coronavirus.

Tras el terremoto, policías y trabajadores sanitarios se negaron a dejar salir a los ansiosos residentes de sus edificios, lo que se sumó al enojo por los confinamientos obligatorios, las cuarentenas y el resto de medidas de la estricta política gubernamental de “cero COVID” que contrasta con la apertura del resto del mundo.

En unas imágenes que circulan por internet podía verse a residentes en Wuhan, una ciudad del centro del país donde se cree que se originó la pandemia a finales de 2019, coreando “levanten el confinamiento, niéguense a las pruebas” a la policía.

Agencias.

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