A tan sólo un día del partido inaugural, Qatar prohibió el viernes la venta de cerveza en los estadios de la Copa Mundial, un giro de última hora en el acuerdo que el emirato musulmán pactó para asegurar la sede del torneo.

La decisión puso sobre relieve la tensión que rodea la puesta en escena del Mundial —que no es sólo una competición deportiva sino una auténtica fiesta de todo un mes— en un país autocrático donde la venta de alcohol está muy restringida.

También es un duro golpe para Budweiser, la cerveza oficial del Mundial, y suscita cuestionamiento sobre el verdadero control que tiene la FIFA sobre su torneo.

Agencias.

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