Tras el acuerdo alcanzado con los vendedores ambulantes, ayer en el Centro Histórico no se encontró a los vendedores ambulantes con excepción de los vendedores de las tradicionales “aguas de coco”, los sombreros y las chiapanecas quienes siguen caminando por las calles más transitadas o por el Parque Principal, donde los turistas y familias campechanas recurren todos los días.

Las plazas permanecieron libres de dulceros o vendedores de antojitos, esto luego de que el Ayuntamiento los desalojara por no contar con un permiso para su venta. Los peatones pudieron caminar libremente y acudieron a los comercios establecidos.

Para algunos visitantes consultados, el cambio de la imagen es notorio, aunque resulta extraño no encontrar a los “dulceritos” o vendedores de chicharrones, esquites, churros y muchos otros productos sobre el Circuito Baluartes frente al Juan de la Cabada y en el paradero de camiones.

Los vendedores de aguas frescas y de artesanías son quienes aprovechan para vender mientras caminan en el centro, ya que no corren el riesgo de ser desalojados y aprovechan para vender sus productos en las afueras de los restaurantes, tiendas de ropa e incluso de los comercios mas concurridos.

Será hoy lunes cuando aquellos que fueron desalojados llegarán a trabajar desde temprano a un costado del Teatro Juan de la Cabada, esto por lo menos en los próximos dos meses mientras se define dónde será el parador turístico que les ofreció la autoridad municipal. Con esta acción el centro permanece limpio y con mas espacio para quienes deseen caminar.

Roxana Vázquez Campos
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