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Campeche llegó a ser uno de los estados pioneros en la atención médica de primer nivel. En los años 90, recibió la llamada bandera blanca de la salud que fue producto de los esfuerzos del gobierno de Jorge Salomón Azar y su secretario de Salud, Fernando Sandoval Castellanos.

En los primeros días de la polémica administración de Antonio González Curi, el presidente Ernesto Zedillo llegó para entregar el reconocimiento en medio de una enorme agitación por la efervescencia que prevalecía después del conflicto electoral.

Ese reconocimiento tenía que ver con que había capacidad absoluta para cubrir las necesidades de atención médica de toda la población. A partir de eso, lo que seguía era lograr la especialización de los servicios, que debía ser la prioridad de los siguientes gobiernos.

Vicente Fox estuvo en Campeche con Jorge Carlos Hurtado ratificando la bandera blanca de servicios médicos y en septiembre de 2011 Felipe Calderón hizo lo propio en Escárcega.

Esa breve historia cumpliría 20 años en dos más, luego de un épico esfuerzo de todo un sector que, hay que decirlo, se desarmó luego de los dispendios en esa secretaría que terminó siendo usada con fines políticos y electoreros.

El anuncio del gobernador el día que entregóel premio al Mérito Médico 2015 a 18 galenos del Indesalud, Issste, IMSS, Pemex y agrupaciones civiles, que ya gestiona la construcción de la Ciudad de la Salud, que contará con Hospital para la Mujer y el Niño y el Centro Estatal de Oftalmología, vaticina que la bandera universal de atención médica se retomará para beneficio de los campechanos.

La crisis provocada por la falta de fumigación y de medicamentos y equipos en el sector salud tiene como común denominador al administrador de la dependencia quien no solamente operó políticamente el presupuesto sino que también promovió la corrupción en ese sector. Esas acciones dejaron claro que se usó políticamente y con fines electorales la dependencia con el consecuente conflicto en la atención a los derechohabientes.

En el caso del Seguro Popular, se habla de un fraude de 4,300 millones de pesos reportados por la Auditoría Superior de la Federación en el país y entre los implicados se habla de la gestión de Enrique Iván González López, quien habría desviado recursos para organizar una red de operadores políticos que usó para cubrir sus aspiraciones políticas no sólo para la alcaldía carmelita sino también para prolongar su presencia electoral.

La salud, considerada pilar de la economía, se atendería con una visión más integral que permitiría la inclusión del sector privado en la atención especializada para ese sector de la población que tiene acceso a altos ingresos.

La construcción de hospitales y de infraestructura médica no tiene razón de ser si no se puede sostener operable y eficientemente abastecida de todos los consumibles indispensables para su uso. En el caso que nos ocupa, la visión de especializar la atención como propone el gobernador implicaría el uso eficiente de la infraestructura con que ya se cuenta y la creación de los espacios necesarios para dar una cobertura integral y de especialidades.

El crimen de haber puesto al frente de la dependencia a un personaje que más que hacer medicina hacía política le reventó en las manos a su sucesor, no sólo por el desvío de fondos sino también por la opacidad con que se operó y la dificultad que habría tenido al aceptar una oficina que se encontraba ya muy dañada y pervertida.

Dedicarle presupuesto a la salud no sólo merece reconocimiento sino también una vigilancia estricta por la cantidad de conflictos al interior que deben presentarse hoy en hospitales, clínicas y oficinas de una dependencia saqueada y maltratada por los apetitos políticos.

IEPS. La desproporción con que la Secretaría de Hacienda modifica el IEPS para gravar las gasolinas, no sólo es una afrenta sino que representa una falsedad porque el gobierno prometió no subir los impuestos ni crear otros nuevos y, en los hechos, el impuesto a la gasolina anula la liberación del mercado a empresas extranjeras.

De hecho, el impuesto a las gasolinas pasa, para la Magna, de 36.68 centavos a 4.16; para la Premium, de 44.75 centavos a 3.52 pesos; y de 30.44 centavos para el diesel, a 4.58 pesos, que se cobrarían todo el año independientemente del valor que tenga el hidrocarburo por la liberación del precio y la oscilación internacional propia del precio del petróleo.

Ud. juzgue si el alza es desmedida e injustificada.