REDACCIÓN
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Los campechanos y locatarios del mercado principal Pedro Sáinz de Baranda están padeciendo de olores fétidos, esto a causa de la falta de mantenimiento a los sumideros que se han rebosado justo en el área destinada a los alimentos.
Los locatarios que tienen sus puestos de comida en esa área lazaron un reto, el cual consiste en soportar la terrible pestilencia durante al menos veinte minutos mientras comen su desayuno. Si logran superar la pestilencia, el consumo será completamente gratis.
El rebosamiento de aguas negras ya parece algo común en los pasillos del mercado principal, pues existen otros en los que los charcos son mayores y la peste es inaguantable.
La irresponsabilidad de las autoridades se hace evidente, pues no parece que se movilicen para arreglar el problema.