Agencia AP
Líderes pandilleros que se encuentran en prisión anunciaron el miércoles que declaran como “zonas de paz” los centros escolares salvadoreños y que reclutarán forzosamente a nuevos integrantes, como medidas para contribuir a bajar los niveles de violencia.
“Con el propósito de confirmar nuestro compromiso de contribuir a la pacificación de El Salvador, hemos considerado hacer un segundo gesto de buena voluntad, el cual consiste en declarar a todos los centros escolares del país, públicos y privados, en zonas de paz”, según un comunicado leído por pandilleros que convocaron a una conferencia de prensa en la cárcel de Quazaltepeque, a 42 kilómetros al noroeste de la capital.
Declararon que “quedan abolidas todas las formas de reclutamiento involuntario de personas menores y mayores de edad a nuestras filas”.
“Estamos aquí representando lo que son las pandillas en El Salvador”, dijo a los periodistas Ludwin Rivera Martínez, antes de leer un comunicado conjunto de las pandillas Mara Salvatrucha MS13 y La 18.
Martínez, de 27, es uno de los líderes de la pandilla 18.
Con la mediación de la Iglesia católica, los líderes de la Mara Salvatrucha y el Barrio 18 acordaron en marzo una tregua entre ellas y casi de inmediato comenzó a bajar el número de homicidios.
Víctor Cerón, otro líder de La 18, explicó que con el anuncio los centros escolares “ya no serán considerados como zonas de disputa territorial (entre las pandillas), lo cual permitirá que alumnos y maestros puedan desempeñar sus actividades educativas con toda normalidad”.
Los pandilleros dijeron que aún no han tomado una decisión sobre las extorsiones contra empresarios, comerciantes y transportistas y pidieron al gobierno y a los distintos sectores del país, que los apoyen en el proceso de reinserción.
“No vamos a negar que hacemos eso (extorsiones) si El Salvador entero lo sabe. Sí hacemos ese delito, solo que estamos tratando de regular que no se dé, en algún momento podemos llegar a no hacerlo pero no podemos dar una fecha”, dijo Martínez en declaraciones a la AP.
Pero el hombre que tiene la cara cubierta con tatuajes de la pandilla 18, manifestó que, “nosotros la mayoría andamos identificados con las insignias de nuestra pandillas, ya sea números o letras y (por eso) se nos dificulta conseguir un trabajo”.
Cuando se le preguntó que tipo de trabajos necesitan respondió: “los empleos que cualquier ciudadano tiene, si yo tengo un estudio elevado y puedo desarrollar un empleo a la capacidad de mi estudio, desempeñarlo y si no, trabajar en lo que sea”.
Señaló que con los líderes de las pandillas han acordado respetarse la vida y eso les facilitaría trabajar, “yo puedo ir a trabajar a un mercado que sea territorio de ellos y ellos no me van agredir, ellos pueden ir a mi zona y no los vamos agredir”.
“Nosotros hemos llegado a un acuerdo, que era el peligro más grande, ahora solo esperamos que la sociedad lo acepte y nos apoyen”.
En la cárcel de Quezaltepeque, guardan prisión 1.125 miembros de La 18, entre ellos 90 mujeres y 21 de éstas con sus niños.
Patricia Mancía, aprovechó para pedir públicamente a las organizaciones que defienden los derechos de las mujeres y en especial a la primera dama de la República, Vanda Pignato que “venga donde nosotras para que nos conozca, que nos den trabajos dignos para sacar adelante a nuestros hijos y que no sigan esta vida”.
En abril se registraron en el país 147 homicidios, cifra que representa una reducción de 55% en comparación al mismo período de 2011 en que contabilizaron 331 asesinatos, indicó la Policía Nacional Civil.
En El Salvador las pandillas establecidas en populosos barrios del país están conformadas por más de 20.000 jóvenes y adolescentes. Alrededor de 9.300 están presos, según cifras policiales.
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