Nueva presunta negligencia médica en la Isla

Dolor. Familiares del menor lamentaron la pérdida de su familiar y exigen justicia.

JOSÉ FUENTES SANTOS
REDACCION@MULTIMEDIOSCAMPECHE.COM

Ciudad del Carmen.- La muerte de un joven de 17 años que convalecía en el área de terapia intensiva del Hospital “María del Socorro Quiroga Aguilar” por traumatismo craneoencefálico, luego de sufrir un accidente en su motocicleta, fijó nuevamente las críticas y denuncias en contra del personal médico y director de la institución, Rubén Presuel Beltruy, al grado de que familiares de la víctimas intentaron linchar al enfermero que presuntamente lo desconectó sin autorización del oxígeno y le causó la muerte, además de querer incendiar las instalaciones de la Subprocuraduría de Justicia donde fue remetido en calidad de presentado.

El joven ingresó el 16 de junio pasado alrededor de las 05:53 horas luego de sufrir un accidente al no fijarse de un paso peatonal y derrapar en la motocicleta que conducía, lo que le produjo lesiones en el cuerpo y parte del rostro, que posteriormente fue diagnosticado con traumatismo craneoencefálico.

Alma Delfina Méndez Guido, madre del menor, relató que desde su ingreso los médicos no le prestaron la atención necesaria a su hijo y fue hasta las siete de la noche del mismo domingo cuando a Diego Armando le dio una convulsión que obligó a los médicos a decidieran ingresarlo a terapia intensiva.

Trece horas después de la convulsión le pusieron tubos de oxígeno y a tres días más tarde de su ingreso el joven respondía.

El pasado viernes, tras quejarse de algunos dolores, el interno presentó fiebre y por la mañana los médicos le diagnosticaron muerte cerebral, ante el dolor de sus familiares.

Así transcurrió hasta el pasado lunes, una máquina mantenía con vida al menor. Alrededor de las 14:00 horas un trabajador social de nombre Noé, le indicó que esperara en la puerta de la sala de terapia intensiva, pero logró entrar y vio su hijo sin los tubos, sin las gasas en la cara, además de la cara limpia.

Ante ello, decidió salir de terapia intensiva y simuló no haber visto nada y ya en la sala de espera un enfermero le notificó que a su hijo lo querían desconectar, por lo que no lo autorizó. Ante ello, señala la afligida madre, el enfermero le pidió ponerse una bata y al voltearse observó que el mismo enfermero le colocó de nuevo la manguera a su hijo y una pequeña venda en los ojos, pero su hijo ya estaba inerte.