Associated Press
SALEM, Oregon, EE.UU. (AP) — Mientras el Congreso debate la primera reforma nacional a la ley de inmigración en décadas, las gestiones estatales sobre las personas que residen ilegalmente en Estados Unidos se han acelerado en todo el país.
Entre las leyes estatales que han entrado en vigencia desde Maryland a Oregón figuran previsiones para abaratar los estudios, fomentar las oportunidades laborales y derogar más duras aprobadas en la última década.
Los asistentes a las manifestaciones del Primero de Mayo aplaudieron en todo el país esos acontecimientos y pidieron más avances federales. Mientras tanto, las medidas legislativas en varios estados coincidieron con el tema de los discursos y las marchas.
“Tengo un aviso para el Congreso y el presidente”, dijo Jeff Stone, que representa la industria de los invernaderos de plantas en Oregón, en un mitin de unas 2.000 personas en Salem.
“Dejen de hablar y pónganse a trabajar”, insistió.
Stone habló poco después que el gobernador demócrata de Oregón, John Kitzhaber, firmó un proyecto de ley que concederá a los inmigrantes irregulares la posibilidad de manejar legalmente en el estado.
Muchas de esas propuestas a nivel estatal van más allá de lo analizado en el Capitolio federal, reflejo de los cambios en la opinión pública que los encumbró al cargo a muchos de ellos.
Sin embargo, algunos especialistas creen que los legisladores estatales han seguido adelante frenando el progreso en la capital federal de Washington.
“El vacío creado por la falta de actividad del gobierno es por supuesto un factor importante, quizás el más importante, en la decisión de los estados de tomar medidas por su cuenta”, expresó Muzaffar Chishti, director del capítulo en Nueva York del Migration Policy Institute.
Por lo menos 15 estados consideran proyectos de ley en favor de la inmigración irregular, y varios otros aprobaron dicha legislación este año. El grupo es mayor que el de los estados que van en dirección contraria, aunque hay salvedades.
Los legisladores de Georgia, por ejemplo, ampliaron la ley aprobada en el 2011 contra la inmigración irregular. Y en Arizona y Nebraska, las autoridades se han negado a conceder licencias de manejar a los inmigrantes jóvenes autorizados a quedarse en el país bajo la legislación de Obama.
En Minnesota, un plan de subsidiar matrículas universitarias fue aprobado el miércoles sin contratiempos por la legislatura, pocas horas de una serie de marchas pro-inmigrantes enfrente del Capitolio. La medida aún tiene varios obstáculos, y ha sido desechada dos veces desde el 2007. Pero por primera vez la medida cuenta con el apoyo del gobernador estatal, un demócrata que fue elegido al cargo luego de dos períodos en que ocupaba el cargo un republicano que se oponía al plan.
Otra medida pro-inmigrantes que está avanzando en por lo menos una docena de estados permitirá a los inmigrantes sin autorización a tener una licencia de manejar. Además de Oregón, medidas de ese tipo fueron aprobadas en Illinois y Maryland, y varios analistas vaticinan que prosperará en otros estados.
En Colorado, los legisladores trabajaron sobre una medida similar el miércoles. Es probable que prospere y que la votación en la comisión de la cámara baja se produjo justo el primero de mayo cuando cientos de personas se congregaron frente al Capitolio en una marcha a favor del derecho de los inmigrantes.
Es notable que en Texas, la legislatura aprobó una versión de esa medida apenas dos años después de aprobar una serie de propuestas que restringían la inmigración.
“La aprobación de medidas de conducir para los inmigrantes es extraordinaria porque era un grave problema político hace apenas unos años”, declaró Jonathan Blazer de la Asociación Nacional para la Defensa de los Derechos Civiles.
Los empresarios han estado a favor de tales medidas, pues consideran que es un tema económico y que las nuevas leyes crearán oportunidades de empleo.
Pero los cambios se deben también a los vientos políticos que soplan, aclaró Blazer. Por ejemplo, en las elecciones pasadas el presidente Obama ganó en Colorado, Oregón y Minnesota y todas esas gobernaciones pasaron a manos de demócratas.
“Si los republicanos cambian su posición sobre inmigración, probablemente votaríamos por ellos”, declaró Victor Mena, un residente de Oregón. Mena está a favor de los derechos de los inmigrantes en parte porque tiene familiares en Estados Unidos que entraron sin permiso.
Su actitud es señal de una tendencia a nivel nacional, pues más del 70% de los votantes hispanos votaron por Obama en noviembre.
“Todos los niveles de todos los partidos se han dado cuenta de que los hispanos son un importante grupo de electores”, expresó Feliz, del American Immigration Council.
El Partido Republicano ha relajado su posición sobre el tema, como lo demuestra la disposición de algunos legisladores republicanos a nivel federal para aprobar una reforma inmigratoria, y por las medidas que han surgido a nivel estatal con apoyo republicano.
Aun así, hay quienes están en desacuerdo.
“Con este tipo de políticas, pareciera que estamos invitándolos a quedarse, en vez de desalentar la conducta ilegal”, opinó Kim Thatcher, senadora republicano por Oregón.
Añadió que su estado y hasta cierto punto su partido están yendo en la dirección incorrecta cuando se trata de inmigración.
“No deberíamos hacer algo sólo porque atrae votos, deberíamos hacer lo correcto”, insistió.