CINEPOLIS. En las redes sociales, este fin de semana se leían algunas declaraciones en torno a la inauguración de Cinépolis. Unos decían que era demasiada la cobertura y la importancia que le daban a una inversión privada; otros, que era frivolidad; los más demostraron la satisfacción de contar con instalaciones más modernas y otros negando lo que era un hecho. Unos preferirán hablar de los cines. ¿Hablamos de los cines? No.
Mejor de lo que representan. En la inauguración hablé con muchos de los empleados que allí estaban, ninguno ni siquiera rozaba los 30 años.
A todos con los que hablé, le pregunté si eran campechanos, excepto uno, todos me dijeron que sí. Solo en Cinépolis trabajan más de 100 empleados.
Las instalaciones son muy modernas. Este espacio no es para hablar de cuál es el próximo estreno, ni siquiera qué tan bien le fue o no a Superman. Aquí lo destacable es que en esa caja enorme rectangular que ocupa el complejo “Galerías Campeche” se siguen materializando proyectos que se esperaban desde hace casi 20 años. Nadie tiene que llamarse a conformismo, pero no contar con una plaza y unos cines modernos influía -y mucho- en la autoestima de los campechanos; quien no lo entienda hoy, no conoce la forma en la que funciona el mundo real.
No sé quién repartió las invitaciones, ni de dónde salieron los mil 600 invitados y si alguien aprovechó para sacar raja política de esto. Los funcionarios y sus familias ni siquiera llegaban a completar una de las 11 salas que se abrieron. Puede ser frívolo, pero es preferible ver a cientos de jóvenes haciendo fila para entrar que pensarlos aburridos, sin opciones y cargando con el complejo que se hizo leyenda “estamos tan jodidos que ni cines tenemos”.
Para que se concretara la venta del terreno que hoy ocupa “Galerías” la odisea ha sido enorme desde aquel 7 de agosto del 2007 en que fue anunciada en el IV informe del sexenio pasado. Desde chantajes hasta manotazos en la mesa. El grupo que en 2009 se retractó de construir la entonces “Paseos Campeche” no quería soltar los terrenos pero tampoco quería construir. Hoy allí se termina un complejo que, otras tres veces, durante los dos últimos sexenios, se nos fue de las manos y se diluyó en el aire. Por primera vez no hubo nunca una tarima, ni un tordo, ni una plancha de concreto para poner la primera piedra, y ahora restan solo semanas para poner la última.
No hay que conformarse, hay que seguir abriendo camino a la inversión privada, local, nacional o internacional, porque el camino es largo, y aún lejos estamos de que este tipo de inauguraciones dejen de ser noticia.
El entretenimiento hoy, como en la Roma antigua, sigue teniendo el mismo valor para quienes lo agradecen. La historia detrás de los cines, tiene más mensajes políticos que filmes de Hollywood.
CASETAS. El vecino estado de Yucatán ya pintó su raya. El gobierno de ese estado anunció que va a convertir el territorio en un bunker. Antes de que termine el año, construirán tres casetas fronterizas en las carreteras que enlazan la Campeche-Mérida, Mérida-Cancún y Mérida-Chetumal.
Las casetas, que fueron licitadas por un costo de 27 millones de pesos cada una, forman parte de los primeros proyectos del mando único de seguridad en Yucatán y contarán con tecnología de última generación de vigilancia y hasta dormitorios para los elementos destacados en ellas.
¿Qué sigue? ¿Tendremos que tener una visa para visitar Yucatán?
PROPUESTA. Ahí viene el tren. El gobierno de Campeche se subió al Tren Peninsular. En los últimos días presentó una solicitud a la Federación para que el transpeninsular que se construirá entre Yucatán y Quintana Roo pueda tener un punto de partida desde la capital campechana pasando por el “Camino Real”.
Apenas esta semana, el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, afirmó que hay proyectos ferroviarios, portuarios, carreteros y aeroportuarios para trabajar con China. Existe un Memorándum de Entendimiento sobre cooperación en construcción de infraestructura entre la SCT y el Ministerio de Comercio de China. Ruiz Esparza adelantó que los chinos pueden meter mano en los proyectos del tren Ciudad de México-Toluca, Ciudad de México-Querétaro, el propio Tren Peninsular, el Metro de Monterrey y el tren ligero de Guadalajara. La propuesta de incluir a Campeche en este proyecto aunque pudiera ser anunciada, se materializará en un período no menor a los cinco años.
El último tren de pasajeros que atravesó el estado fue el Chiapas- Mayab que dejó de funcionar por la situación en la que estaban las vías del tren desde Chiapas hasta Yucatán, lo que provocó que la empresa Genesse & Wyoming renunciara a la concesión que tenía por 30 años para administrar y operar la línea del Sureste mexicano.
MENSAJE: En su cuenta personal de Twitter, la diputada federal, Elvia Pérez de González, en la madrugada del 13 de junio escribió: “El problema de las mentes cerradas es que siempre tienen la boca abierta porque es más fácil aprender a criticar que aprender a superarse, en Campeche hay muchos ejemplos”.
¿Habrá llegado el mensaje a los destinatarios? ¿A quiénes se refiere y por qué? Lo sabremos más temprano que tarde.