Contador público egresado del ITESM, con estudios en Dirección Hotelera en Cornell University y Finanzas en UC Berkeley; consultor en Turismo y Competitividad Económica; conferencista en foros de México, EUA, Canadá, Centroamérica y Europa; miembro fundador de organizaciones relacionadas al turismo, la cultura y los negocios; ex secretario de Turismo de Campeche
El equilibrio de tener una iniciativa privada sólida y participativa, trabajando dentro de un clima de negocios proactivo, que propicie un gobierno orientado al desarrollo e impulse la inversión y el empleo, es el escenario idóneo para el aprovechamiento de las vocaciones económicas de una entidad y requiere de sincronía para crecer y generar beneficios a su población.
Cada unidad económica debe verse favorecida si su participación guarda un orden en el equilibrio del desarrollo, las empresas haciendo negocios y empleando a trabajadores que reciban ingresos que les permitan a su vez incentivar una dinámica de consumo de bienes y servicios para fortalecer a la economía local. El gobierno procurando atraer la invesión en los rubros estratégicos, creando infraestructura que apoye al desarrollo de las actividades económicas, estableciendo un ordenamiento a traves de leyes que den seguridad a la inversión del capital privado; todo ello debe asegurar el empleo y promover la mejora de las condiciones de bienestar y calidad de vida de los habitantes de la región.
El caso del estado de Campeche, y en especial de su ciudad capital, no guarda la composición idónea en la participación del gobierno en las actividades económicas, ya que no solamente es el principal generador de empleos directos e indirectos, sino también el mayor adquiriente de bienes y servicios. Podemos hablar de Campeche como una gran empresa donde la economía depende prácticamente del flujo presupuestal del erario público para poder retroalimentar el consumo interno y activar la dinámica económica de la localidad. Esto hace frágil al sector privado y depender en gran forma del actuar gubernamental para poder subsistir y con ello sostener su planta laboral.
La burocracia es excesiva y ha generado círculos viciosos que no han contribuido al crecimiento de la entidad. Ha sido de tal fuerza esta dinámica del estatizado poder económico que se manifiesta de manera cruenta en dos elementos neurálgicos en toda economía: las empresas y la fuerza laboral.
Es común en Campeche ver cada tres y seis años, que son los principales ciclos de cambios en gestiones públicas, cómo muchos empresarios se quieren volver políticos y, viceversa, muchos políticos que se han vuelto empresarios. Nadie quiere “vivir en el error”, como diría un viejo político, y estar fuera del poder que da la derrama presupuestal que se genera a través de las diferentes dependencias del sector gobierno en todos sus niveles y en sus diferentes poderes.
Muy lamentablemente hemos creado una cultura burocratizada que se refleja en nuestros jóvenes, quienes desde temprana edad ya aspiran a formar parte de los círculos del poder político y de las plantillas gubernamentales. Prácticamente este proceder de ya varias generaciones les ha acotado sus aspiraciones para desarrollarse en las distintas opciones que pueden presentarse dentro de las actividades productivas, y sus cualidades y potencialidades son poco aprovechadas.
Así, las carreras más asediadas son las que, saben, les pueden dar una salida más rápida para integrarse a la función pública y asegurar una plaza con un ingreso y prestaciones sin riesgo; independientemente de todas las otras posibilidades que les pueda dar el crecer dentro de un esquema en el sector público.
La incipiente iniciativa privada debe estar siempre espectante a los cambios políticos, ya que de eso dependerá su subsistencia principalmente en el comercio y los servicios. No estar en el ánimo del funcionario en turno les puede implicar no vender o a veces vender pero no cobrar. Los más aventajados saben que si tienen los contactos adecuados, sobretodo en este entorno tan reducido, les pudiera resultar un periodo de abundancia y prosperidad.
El empresariado organizado campechano, los representantes del sector privado, también están inmersos en una constante disputa donde la política empresarial es a veces incluso más ruda que la política partidista. Son pocos los casos de cámaras empresariales que son fuertes económicamente y que sus estructuras son sólidas, lo que les permite ser independientes. La mayor parte de las agrupaciones empresariales no está en esta situación, sus puestos directivos son muy codiciados ya que esto puede significar su acceso al sitio donde se toman las decisiones de jugosos contratos. Incluso, vemos cómo en la máxima cúpula empresarial, la cámara que aglutina cámaras, cuenta con un subsidio gubernamental para realizar sus actividades y sus integrantes pueden formar parte de las decisiones de Fondos y Fideicomisos mixtos, donde participan conjuntamente con el gobierno. Esta alta dependencia de los recursos públicos les da poca autonomía y merma por mucho su capacidad de generar iniciativas para mejorar la economía. Todo fuera como sentarse a desayunar y tomar café cada quince días.
No es una tarea fácil romper estos círculos viciosos, ni revertir el crecimiento de la burocracia de un día para otro. Se requiere de iniciativas y mucho trabajo para fortalecer los sectores productivos de la entidad y permitir que generen las oportunidades de inversión y empleo que requiere Campeche para desarrollarse.
Nuestro estado es una de las entidades del país cuyas capacidades están todavía en un nivel propicio para detonarse mediante el aprovechamiento de su riqueza natural, territorio y potencial humano. Nuestra apertura e integración deberá ser gradual y estratégicamente planeada para fomentar el desarrollo productivo que nos lleve a propiciar nuestro crecimiento. El gobierno y sus funcionarios deberán actuar en el ordenamiento de un marco legal y crear la infraestructura económica acorde a nuestras cualidades de competencia. Se debe trabajar fuertemente en el emprendedurismo que despierte desde nuestros jóvenes estudiantes, maestros, particulares, inversionistas y funcionarios, círculos virtuosos de desarrollo para actuar desde la micro, pequeña y mediana empresa, y todas sus áreas de
actuación.
Las grandes inversiones privadas estarán siempre a la espectativa de nuestras opciones, y Campeche, S.A. deberá ser incorporado a una dinámica de desarrollo sostenido donde la mejora en bienestar y calidad de vida será su mejor empresa.