La Mesa para la Construcción de la Paz y la Seguridad es un escenario de buenos deseos y autoengaño de las autoridades.
La celebrada ayer, en la que participaron la secretaria de Seguridad, Marcela Muñoz, y el titular de la Fiscalía Estatal, Renato Sales Heredia, entre otras autoridades, no fue la excepción y no se cansaron de repetir que Campeche sigue siendo de los estados más seguros del país… ¿Y saben qué? Eso es muy cierto porque así lo dicen las estadísticas.
Pero ni Renato ni Marcela ni ninguna otra autoridad ha caído en la cuenta de algo: Los campechanos no comparamos a Campeche con Guanajuato, Michoacán o Tamaulipas. Es decir, les creemos cuando insistentemente nos dicen que seguimos siendo de los má seguros. El problema es que podemos seguir siendo todo lo más seguros que quieran comparados con quien quieran, y pese a ello, el crimen, el narcotráfico, la delincuencia y la guerra entre bandas rivales se ha metido tanto en nuestro territorio, que hoy en día suceden crímenes que aún nos sorprenden a los campechanos porque son cosas que hasta hace muy poquito no sucedían. Y comenzaron a suceder justo a la llegada de este nuevo gobierno morenista.
El problema es que nos quieran vender la idea de que “Campeche es de los más seguros” como una especie de resignación para lo que actualmente sucede.
“En materia de seguridad, y comparados con otros estados, Campeche registra problemas menores”, comienza al comunicado de la Mesa de la Paz.
Y continúa: “El embajador norteamericano en nuestro país, Ken Salazar destacó que Campeche junto a Baja California Sur y Yucatán, se encuentran entre las tres entidades más seguras”.
Lo que el comunicado no dice, es que este fin de semana, vispera de la celebración de la Mesa de la Paz, se cometieron dos ejecuciones en menos de 24 horas, en dos colonias distintas de esta capital.
Las autoridades presumieron la detención de algunos implicados, y explicaron que se trata de un asunto de narcomenmudeo y ajuste de cuentas, como si ambas cosas significaran algo.
Y no, no significan nada. Porque, qué bueno que se detuvo a algunos maleantes, qué bueno que tienen bien claro el móvil, pero lo que queremos, lo único que nos interesa, es que estos crímenes no ocurran.
Que alguien se meta en una casa y le dispare a quemarropa a alguno de sus habitantes era algo inaudito para la entidad.
Y eso es lo que queremos, regresar a considerar como impensables, improbables e imposibles las cosas que hoy pasan.
Redacción.