Huída. El momento en que Musharraf partió a toda marcha en su vehículo después que le revocaron su fianza en un caso en que está acusado de traición

Associated Press

ISLAMABAD (AP) — El expresidente militar paquistaní Pervez Musharraf huyó de un tribunal para evitar ser arrestado después que le revocaron su libertad bajo fianza en el caso que se le sigue por haber despedido a altos jueces cuando estaba en el poder hace más de un lustro.

La fuga transmitida en vivo por la televisión nacional fue una nueva complicación para Musharraf que había vuelto del exilio el mes pasado para buscar una nueva oportunidad política en las elecciones parlamentarias del 11 de mayo.

Musharraf hizo su salida con la ayuda de sus guardaespaldas, quienes empujaron a policías y soldados y le ayudaron a subir a un vehículo utilitario que salió a toda velocidad. A su salida, algunos abogados le gritaron “¡Miren quién corre! ¡Musharraf sale corriendo!”

El vehículo con el ex hombre fuerte partió rumbo a su lujosa residencia campestre, que está protegida por muros elevados, alambrados de púas y torres de guardias. Docenas de policías y comandos bloquearon la carretera principal que va hacia el complejo en las afueras de Islamabad, mientras una veintena de partidarios de Musharraf exhibían carteles y gritaban lemas de apoyo.

Ninguno de los efectivos de seguridad que protegían el edificio hizo movimiento alguno para arrestar a Musharraf, probablemente porque aguardaban órdenes superiores para hacer frente a una situación delicada. El equipo legal de Musharraf dijo que apelaría la orden de arresto ante la Corte Suprema.

“Mucha gente va a exigir saber por qué escapó a la custodia de las fuerzas de seguridad”, dijo Rasul Baksh Rais, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Administración de Empresas de Lahore.

El gobierno paquistaní parece resistirse a profundizar la controversia en torno de Musharraf, en particular dada su conexión con el ejército, considerada la institución más poderosa del país.

Musharraf se adueñó del poder en un golpe en 1999 cuando era jefe del ejército y pasó casi una década en el poder antes de verse obligado a renunciar en el 2008. Regresó el mes pasado después de cuatro años de exilio voluntario en Londres y Dubai, pese a desafíos legales y amenazas de muerte del Talibán.