San Fco: Modernidad vs. Conservación

Especiales, Lunes 28 mayo, 2012 a las 8:00 am

Imagen del baluarte tomada en la década de los años 30.

Abel Efraín Durán Reyes

eduran@multimedioscampeche.com

La ‘modernidad’ ha hecho mucho daño al patrimonio cultural de Campeche y el Baluarte de San Francisco es una de las mejores pruebas de ello.

Aunque se puede enumerar una gran cantidad de edificios construidos en el periodo Colonial, en el Siglo XIX y hasta de principios del XX que fueron derribados, seccionados o modificados con o sin la autorización de los gobiernos en turno, esta construcción militar es ejemplo de la depredación en aras de construir una ciudad ‘moderna’.

El Baluarte de San Francisco fue construido a fines del siglo XVII, entre 1686 y 1690. Recibió tal nombre en honor de la orden religiosa más importante y más numerosa en arribar a la Península de Yucatán para realizar su labor evangelizadora, la franciscana. Su importancia estratégica  radicaba en que era uno de los dos baluartes que servían de protección a la Puerta de Tierra, cuidando uno de sus flancos.

Por ello, fue el segundo en dimensión de los ocho construidos, sólo un poco más pequeño que el Baluarte de Nuestra Señora de la Soledad, el más importante por estar frente al mar, a un costado de la Puerta de Mar y recibir directamente los embates de las naves enemigas.

De hecho, el de San Francisco se sitúa exactamente en el extremo opuesto al de la Soledad y lo separan  279 metros de lienzo muralla del Baluarte de San Juan, el otro encargado de dar protección a Puerta de Tierra.

Originalmente contaba con mil 342 metros cuadrados de superficie, de los cuales fueron destruidos  468.37 en 1899, cuando la empresa del Nuevo Tranvía Urbano de Campeche solicitó, y le fue concedida, la autorización del Ayuntamiento para establecer una nueva línea que comunicara el Centro de la ciudad con el Barrio de Santa Ana, siendo este baluarte un obstáculo para la realización del proyecto.

De esta manera, parte del baluarte fue demolido ese mismo año, quedando dividido en dos, perdiendo la mitad de su rampa, un muro que cerraba la gola y la puerta de acceso. De esta destrucción sólo  pudo salvarse el lienzo de muralla de 26.45 metros que lo unían a Puerta de Tierra.

Sin duda, nuestros antepasados no tenían una percepción de las murallas tal y como nosotros la tenemos. En primer lugar, el sitio, ya en abandono por muchos años, era usado como refugio de malvivientes y desposeídos. Pocos años antes las autoridades municipales habían bloqueado sus accesos para evitar que se convirtiera en un basurero.

Ante la perspectiva de dotar a la ciudad de mayores servicios, con una nueva ruta del transporte público que por entonces era muy limitado, y siendo el Baluarte de San Francisco un obstáculo para el buen funcionamiento, pues además de retrasar el tiempo de traslado incrementaba los costos, el Ayuntamiento decidió conceder autorización para demolerlo y con ello también terminar con el problema en que el lugar se estaba convirtiendo.

Actualmente el Baluarte de San Francisco ha sido restaurado a su dimensión original y se puede apreciar el cuarto de guardia, el cuarto de almacén y el cuartel. En su rescate, se le añadió una escalera a la rampa y se colocaron rejas que contrastan con su forma colonial, ya que su gola se cerraba con la prolongación del lienzo de muralla que unía a los baluartes de San Pedro con San Francisco, y de este patio surgía una rampa con características similares a la de La Soledad, aunque de menores dimensiones.

Luego de fungir como oficinas del Instituto Nacional de Antropología e Historia y de albergar la biblioteca del mismo organismo, hoy en día se ha convertido en auditorio en donde se realizan todo tipo de eventos.

Lo que nunca logró recuperarse fue el lienzo de muralla de 279 metros que va del Baluarte de San Francisco al Baluarte de San Pedro; es todo el tramo que atraviesa el Mercado Principal y que da acceso al Centro Histórico por las calles 53 y 55.

DESCRIPCIÓN

Según José Enrique Ortiz Lanz, en su obra ‘Piedras ante el Mar’, y José García Preciat en las descripciones que hace en la ‘Enciclopedia Yucatanense’, el Baluarte de San Francisco cuenta con caras de 41.5 metros y flancos de 18.26 metros.

La gola estaba cerrada con la prolongación de la línea de la muralla y de su patio surgía una rampa que estaba soportada por tres bóvedas: el cuartel, el almacén y el cuerpo de guardia. Se tiene documentado que hacia el año 1766 contaba con once cañones de hierro fundido.

Una explanada o terraplén da acceso a las bóvedas. En esa área se localiza un garitón, que al igual que los merlones y banquetas, fue elaborado con piedra tallada o sillería.

Además de las cañoneras, se puede observar también el campanario con que contaban todos los baluartes para dar la voz de alarma en el caso de alguna emergencia.