En la gran mayoría de las ocasiones el camino al éxito no se recorre solo. Está acompañado de trabajo, esfuerzo y muchas horas de pensar hacia dónde es que uno quiere dirigirse a través de la empresa que se pretende comenzar.
Cuando alguien quiere hacer las cosas simplemente busca las opciones que están a su alcance para intentarlo, y tal es el caso de Margarita Ferrer y su esposo Miguel Ángel Pérez, quienes por necesidad primero, y posteriormente a través del trabajo, han logrado sacar adelante Selva Maya, una firma que se dedica a preparar un repelente contra mosquitos 100 por ciento natural, elaborado a base de la hoja del árbol de neem.
“Fue por necesidad, yo tengo dos niñas y mis chiquitas tienen la piel muy delicada y cada que veníamos de visita los moscos les daban su comité de bienvenida”, comparte Margarita, quien reside en la capital del país.
Sentados una mañana de sábado, en un conocido restaurant-café, Margarita comparte con EL EXPRESO que fue su esposo, arquitecto de formación convertido a paisajista, quien con sus conocimientos de botánica sugirió una serie de experimentos para encontrar una solución al problema de los mosquitos, el cual afecta tanto a locales como foráneos, a estos últimos, de forma muy grave a veces.
“Nos fuimos apoyando, porque uno se va encontrando a las personas que te muestran que vas por buen camino” añade Margarita recordando que el proyecto inició en junio del año pasado.
Recuerda cómo además de las investigaciones autodidactas que ellos hacían, empezaron a consultar a otra serie de expertos, quienes avalaron los buenos resultados que ellos sentían, ya estaban obteniendo.
“Amistades que se dedicaban al ramo de la farmacobiología, dermatólogos, etc, empezamos a conjuntar eso con lo que estábamos investigando” y añade que el resultado era tan bueno desde un principio, que hicieron los experimentos con ellos mismos y sus pequeñas.
Margarita y su esposo sabían que no había riesgo, ya que los extractos de las plantas que utilizaban no representan peligro alguno para el ser humano. “Es el único producto en el mercado, hablando de repelentes, que no tiene algún químico añadi- do”, agrega.
El activo principal para lograr un repelente 100 por ciento natural es la hoja del árbol de neem, planta proveniente de la India que se da en nuestra región, y que es una cerca biológica viviente.
“Tienes muchas ventajas y beneficios a nivel piel, se usa en tratamientos de psoriasis”, lo cual se junto con la cualidad repelente, y vino a ser un producto que resulta muy atractivo, sobre todo para el mercado turístico, que en muchas ocasiones busca los productos más orgánicos posibles.
“Han sido las condiciones idóneas para que este proyecto no sólo se diera, sino que se diera en el tiempo en el que se dio y de la manera en cómo”, comenta sonriente y de forma serena.
Consciente de la responsabilidad que significa ofrecer un bien o un servicio, se han enfocado a hacerlo lo mejor posible.
“Tanto mi esposo como yo somos de las personas que si vamos a hacer algo nos gusta hacerlo bien desde el inicio. El que tú estés en una exhibición, con un anaquel vendiendo algo al público es una responsabilidad, es un compromiso el poder dar algo de excelente calidad”, finaliza la empresaria de manera seria, pero sonriente. Cooperación. Logrando un producto de gran necesidad para nuestra región, Margarita ha sabido rodearse de un equipo de trabajo eficiente; en la imagen, Carlos nos muestra algunos de los productos ya terminados.
Poniéndole un buen olor
Desde que inició con el proyecto de Selva Maya, Margarita se olvidó de los días libres y se enfocó a trabajar para alcanzar la calidad y el éxito que estaban buscando.
Parte de los mitos que normalmente se tienen contra los repelentes de mosquito parten del aroma de los mismos, y que en muchas ocasiones no es el más agradable para el olfato.
“Fue mucha prueba error y trabajo constante diario. Trabajar sábados, trabajar domingos, yo no sé de fines de semana”, agrega.
“Parte de los elementos que utilizamos se incluyen en aceites de aromaterapia”, aunque en muchas ocasiones, ni estos olores lo hacen más atractivo para los niños, quienes, comenta Margarita, reaccionan al olor de ciertos componentes.
Algo que ha beneficiado mucho a Selva Maya es que tanto Margarita como su esposo pueden trabajar en casa, en una ciudad en la cual normalmente la gente pierde mucho tiempo transportándose.
“Decidimos hacer una mezcla con menos eucalipto y menos mentol” , siendo esta, la presentación infantil del producto, el cual es posible conseguir en muchos establecimientos, incluidas las tiendas GES.
“De alguna manera podemos ser dueños un poquito de nuestro tiempo, y de ahí que hallamos podido dedicarle la cantidad de horas que le dedicamos a Selva Maya”, concluye Margarita
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Norma
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