WILMER DELGADO ROJAS
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Su responsabilidad es salvaguardar la seguridad de los usuarios del transporte urbano verificando que las unidades y los choferes cumplan con el reglamento.
Pero el titular del Instituto Estatal del Transporte (IET), José Antonio Rodríguez, no sabe cuántos inspectores tiene bajo su mando.
Entrevistado por EL EXPRESO, el funcionario respondió una y otra vez vagamente a la pregunta acerca de la cantidad exacta con la que cuenta su dirección para verificar el buen servicio del transporte público.
Las quejas más frecuentes de los usuarios del transporte urbano son el irrespeto a las normas de tránsito y las malas condiciones en las que se encuentran las unidades, lo que ha ocasionado numerosos accidentes viales.
Sin embargo, Rodríguez Rodríguez respondió que para verificar las unidades recurren al apoyo de dependencias como Seguridad Pública y Vialidad, de Salud y la Secretaría de Gobierno.
El funcionario –ex presidente del Congreso hace dos Legislaturas- ha sido severamente cuestionado por el poco control sobre el transporte urbano. En la entrevista, sostuvo que se cumple con el trabajo de supervisión todos los días.
Mientras él lo resuelve, todos los campechanos padecemos las irregularidades y faltas cometidas por conductores del servicio público de transporte, mismas que deberían ser sancionadas por el Instituto Estatal del Transporte (IET) dirigido por Rodríguez.
Al ignorar la cifra de supervisores del IET, se le cuestionó sobre la posibilidad de ampliar la cifra a fin de que se combatan las anomalías de los operadores de autobuses, microbuses y taxistas, que a diario originan accidentes o lesiones a los usuarios, a lo que Rodríguez señaló que ya cuentan con el apoyo de Seguridad Pública y de Vialidad.
Además, dijo que firmó un convenio con el Conalep para que los estudiantes realicen su servicio social en la dependencia y así “reforzar las acciones que se están haciendo en ese ámbito”.
Reconoció que el personal con que cuenta se trabaja de manera “rotativa”, en la que los inspectores aplican las normas. “Lo que tienen que ver es que el operador tenga su licencia, esté certificado y tenga su póliza de seguro vigente y todas las normas que la ley señala, igual que se dé un trato adecuado y decoroso que la ciudadanía se merece… En las otras cuestiones se tiene el apoyo de la Secretaría de Seguridad Pública”, dijo.
Rodríguez Rodríguez alegó que “las cuestiones presupuestales” limitan a la dependencia, pues no se tiene el personal que se requiere y que “siempre va a ser necesario”.
Alegó que todos los días se vigila a las unidades del transporte, tanto en las entradas de la ciudad como en la ciudad misma y en “zonas álgidas”, como el Centro, Mercado y Seguro Social.
Un recorrido de EL EXPRESO por esa zona de la ciudad corroboró que la dependencia estatal no está presente en el área.
Incluso, algunos agentes de Vialidad y supervisores de las empresas concesionarias señalaron que los inspectores simplemente “no llegaron”, como es su costumbre.
Entrevistados por EL EXPRESO, indicaron que cuando sí llegan están de 10:00 a 12:00 horas y ya no se les vuelve a ver hasta otro día, por lo que lso choferes ya conocen sus idas y venidas y cúando pueden cometer faltas y cuándo no.
En la zona se pudo notar que la famosa “mordida” no sólo se hace presente, sino que es común y constante por parte entre checadores, choferes y agentes de tránsito.
Uno de los motivos de entregar “para el refresco” es que tanto policías como checadores no los apuren al momento de llegar y subir pasaje, o bien para que los supervisores de las empresas le pongan que llegó y salió a la hora exacta, a fin de que el patrón no aplique sanciones.