Raúl Sales Heredia
Palabras Altisonantes
Raúl Sales Heredia
Tiene formación como contador público y se ha desempeñado en diversos campos que van desde la docencia hasta la consultoría financiera, pasando en diversos momentos por el periodismo. Actualmente es vicepresidente de la Fundación Avanza.
@RSalesH

Coherencia

Voces, Viernes 8 agosto, 2014 a las 3:15 pm

Ayer se dio el V Informe de Gobierno. Cuántos de los asistentes estaban pendientes de las palabras y cuántos estaban pendientes de los “mensajes ocultos”, de las “lecturas”, de las miradas.

Ayer se dio el informe, el más importante de la administración actual y no obstante, algunos de los asistentes estaban preocupados por quián estaba sentado a lado de quien, de los susurros, de la “luz verde”. Pero no hubo nada de eso, no hubo mensajes ocultos, ni preferencia, es más, ni siquiera se mencionaron para no aplicar el “aplausómetro”, solo hubo caras de desconcierto, aunque solo por unos instantes, luego fue el gobernador y la inmensa pantalla de fondo.

Sin embargo, ayer para muchos se dio extraoficialmente el banderazo de salida de la sucesión gubernamental aunque hacía mucho que los contendientes ya habían salido. Bajo el argumento de “cumplir sus obligaciones” dieron rienda suelta a su deseo de ser los siguientes. Repito, es válida su aspiración, es encomiable su entrega al “proyecto” pero eran los tiempos del gobernador, le debían el respeto a la institución que tanto se empeñan en encabezar.

“No hacemos nada” dicen unos, “es nuestra obligación” dicen otros, “la gente nos lo pide”. Ok, va, sus equipos tienen la encomienda del posicionamiento, de hacer llegar el mensaje del “futuro”. Ahora bien, si no hacen nada, si es su obligación, si la gente se los pide, ¿por qué se gastan carretadas de dinero en una precampaña para la candidatura, si ya la tienen “amarrada”? Bueno, es su dinero ¿Porque lo es, verdad? No creo que  vendieran el estado a futuros inciertos solo con la intención de llegar sabiendo que no es suyo. Tampoco creo que le dijeran a los empresarios que los apoyaran ahorita cuando no la tienen segura o que les prometieran cosas que no saben si podrán cumplir. No creo que hicieran eso pues son servidores y funcionarios públicos y tienen una obligación con la gente y no con sus deseos ¿No es así?

La coherencia según la RAE es la conexión, relación o unión de unas cosas con otras; es la actitud lógica y consecuente con una posición anterior. En otras palabras, es la unión entre lo que dices y lo que haces.

Así que lo mínimo que espero de aquellos que juraron servir al pueblo de México es que cumplan con su palabra y con todo el respeto que nos merecemos, nos sirvan con total honestidad.

Nuestra sociedad está ávida de justicia, del cumplimiento de la palabra dada, de encontrar en aquellos a quienes les ha dado su confianza, el que sean dignos de ella, que se conviertan en el modelo a seguir de cada uno de nosotros. Eso solo lo lograrán con el ejemplo no con palabras, no con bardas pintadas, no con regalos, no con “apoyos”. Eso solo lo lograrán con la coherencia de sus actos, con el respeto a diferentes puntos de vista, con el servicio entregado a la gente que confía y sobre todo con honestidad absoluta.

Queremos que quien se atreva a pensar siquiera en dirigirnos, tenga en cuenta de que lo que ha hecho con su vida, será lo que transmitirá en su liderazgo, en su obligación de servir.

La lealtad, el respeto, el servicio, la honestidad y la búsqueda de justicia no son palabras nada más, son piedras angulares en cada uno de nosotros.

Estamos cansados de que privilegien la forma sobre el fondo. Si los que hoy sentados en el informe desean servir, que sirvan, no que antepongan su deseo de llegar al deseo de servir y que, por el amor que dicen sentir por su tierra hagan las cosas de manera correcta, de manera transparente, de manera coherente.

Quien desee ser candidato debe recordar que debe ser el mejor de nosotros, el que anteponga el beneficio a los demás antes, mucho antes que el suyo propio, solo así merecerán el enorme privilegio, el gran honor, la gigantesca responsabilidad… De servir a su gente.