Raúl Sales Heredia
Palabras Altisonantes
Raúl Sales Heredia
Tiene formación como contador público y se ha desempeñado en diversos campos que van desde la docencia hasta la consultoría financiera, pasando en diversos momentos por el periodismo. Actualmente es vicepresidente de la Fundación Avanza.
@RSalesH

Servicio

Voces, Viernes 18 julio, 2014 a las 2:55 pm

Servidor público, voluntad de servicio, servicio a los semejantes, servicio social, servir a la ciudadanía, servir y proteger. Hemos escuchado la palabra servicio tantas veces, en tantos escenarios que a estas alturas, deberíamos de conocerla al pie de la letra. No obstante, nos elude su significado, en nuestro vasto y rico idioma, servir tiene tantas acepciones que es fácil que nos confundamos los mortales comunes. Sin embargo, tomemos la mejor de ellas y hagámosla nuestra. SERVIR: Obsequiar a alguien o hacer algo en su favor, beneficio o utilidad.

Servir a los demás es un privilegio, un gusto y una responsabilidad que debemos asumir. Muchas veces he dicho, en este espacio, en mi tuiter, en cafés, reuniones, con mi esposa, a mis hijos, “el que no sirve… no sirve”. Es de una simpleza magistral, es sencillo pues nuestro servicio a los demás es lo que nos define como seres humanos de bien.

Sin embargo, a algunas personas les pagamos muy bien para que realicen un servicio a favor de la ciudadanía y no obstante y a pesar del pago, deben de tener esa voluntad de servir por el bien de la mayoría, deben de contar con el perfil idóneo para cumplir con ese servicio a la gente y deben de honrar su palabra al cumplir su juramento de acatar las leyes y dar lo mejor de sí para el beneficio de su pueblo.

En estos momentos en los que nuestro país está dividido entre corrientes ideológicas, en el que algunos están a favor de las reformas solo porque provienen del ejecutivo y otros están en contra por la misma razón, es cuando deben de utilizar esa voluntad de servicio y pensar en el bien de la mayoría.

Tomemos como ejemplo la reforma energética que provoca reacciones encontradas y viscerales a favor y en contra. Que venderemos el país, que el petróleo es de los mexicanos, que bajarán los costos de luz y gasolina, que es necesario para la competitividad, etc…

México no puede estar fuera del mundo, no podemos encerrarnos y aislarnos, es necesario mejorar nuestra tecnología y competir contra los mejores. ¿Estoy a favor de la reforma? Ni la menciono, solo pongo un hecho. La reforma energética, como cualquier herramienta depende de la habilidad de quien la esgrima, puede ser el detonante que le hace falta al país o puede ser lo contrario. Llevamos años siendo país petrolero y no avanzamos debido a corrupción, sindicatos que se convirtieron en mecanismos de enriquecimiento y chantaje, a funcionarios mal preparados y sí, a una sociedad que no está instruyéndose como debe. La reforma energética puede cambiarlo si nuestros legisladores tienen voluntad de servicio y se olvidan de colores de partido e intereses personales y piensan en el país al que le deben vida, juramento y servicio.

El servicio a los demás debe de estar arraigado en nuestra formación, debe de venir desde la cuna, debe ser el ejemplo de padres y maestros, los niños lo saben al compartir sus cosas, al jugar con otros niños sin importarles color de piel, posición socioeconómica, religión o partido político y si son así desde pequeños, debemos de asumir que somos nosotros los adultos los que los echamos a perder, los que les metemos esas ideas raras de que “el que no transa no avanza”, de que es mas importante cuanto tenemos que el quienes somos, de que eres superior dependiendo de con quien te llevas.

Servir no es servidumbre, no es sumisión, servir es la forma de devolverle a la vida, la vida misma. Servir es la forma de hacernos grandes haciendo grandes a los demás, es buscar la verdad a través de nuestros actos, es ayudar no por el reconocimiento sino por la sonrisa de gratitud.

Y en cuestión de servidores públicos, el que no sirve… no sirve.