¿Te has preguntado alguna vez por qué la tierra huele tan bien después de una lluvia? Ese aroma, que a muchos encanta, tiene un nombre científico: petricor. A continuación, exploraremos no solo qué causa este fenómeno, sino también por qué en algunas ciudades la lluvia puede traer consigo olores no tan agradables.
Descubriendo el petricor: la ciencia detrás del aroma de la tierra mojada
El término “petricor” fue acuñado en 1964 por dos científicos australianos y publicado en la revista Nature. Esta palabra proviene de “petr”, relacionado con la piedra, e “icor”, que significa esencia fluida de los dioses en la mitología griega. Pero, ¿qué genera realmente este distintivo olor? Según expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la respuesta está en una molécula llamada geosmina. Este compuesto es producido por las bacterias del género Streptomyces, que se encuentran en abundancia en el suelo.
Cuando llueve después de un período prolongado de sequía, según el medio especializado LiveScience, el aroma se intensifica. Esto se debe a que la humedad ayuda a liberar la geosmina y otros compuestos aromáticos, los cuales son producidos por otro tipo de bacterias del suelo conocidas como actinomicetos. La combinación de estas sustancias químicas con la lluvia resulta en ese agradable olor a tierra mojada que muchas personas adoran.
El lado menos agradable de la lluvia: malos olores en zonas urbanas
No todo es encantador cuando llueve, especialmente en áreas urbanas densamente pobladas y con alta contaminación, como la Ciudad de México. En estos contextos, la lluvia puede desencadenar la liberación de olores desagradables. El doctor Armando González Sánchez, del Instituto de Ingeniería de la UNAM, explica que estos malos olores surgen de la interacción de diversas sustancias al ser descompuestas por microbios presentes en la materia orgánica del agua o los sólidos residuales.
– **Proceso de descomposición**: Las sustancias entran en contacto y son descompuestas por microbios.
– **Liberación de gases**: Se desprenden compuestos gaseosos malolientes.
– **Percepción olfativa**: Cuando detectamos estos olores, nuestro sentido del olfato nos advierte de potenciales peligros o insalubridad en el ambiente.
Esta explicación subraya cómo la interacción entre elementos naturales y contaminantes urbanos puede alterar la experiencia sensorial que tenemos durante y después de la lluvia.
En resumen, el petricor puede ser un fenómeno encantador o desagradable dependiendo de varios factores ambientales y urbanos. Al entender estos procesos, no solo apreciamos más este fenómeno natural, sino que también tomamos conciencia de cómo nuestras actividades impactan el ambiente y nuestras propias percepciones sensoriales.
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Luna Delgado escribe sobre vida cotidiana, sociedad y cultura local. Con una visión sensible y cercana, retrata los desafíos, logros y costumbres de los ciudadanos campechanos. Su escritura es directa, emocional y profundamente humana, lo que le permite conectar con una audiencia diversa y fiel.