De mal en peor. Lejos de mejorar el servicio del transporte público en la ciudad, las empresas no se esmeran en brindar mejor servicio, ya que los choferes de los micros hasta sus “moños” se ponen y no le dan el servicio a toda la ciudadanía que a diario lo utilizan. El colmo es que se dan el lujo de elegir quien se sube a su unidad y quien no.

Y un claro ejemplo, es de un chofer de la empresa Castamay, de la ruta ex Hacienda Kalá, con el número 12, quien se negó a darle parada a unas estudiantes de la escuela Secundaria Federal 7.

En una denuncia enviada a la redacción de EL EXPRESO en días pasados, denunciaron que en el paradero de micros ubicado sobre la avenida Gobernadores, frente al comercio Auto Zone, un micro de la ruta Exhacienda Kalá le negó el servicio a un grupo de adolescentes con uniformes.

Al ser cuestionado al respecto, el chofer alegó que su patrón no le paga los estudiantes que a bordan la unidad por lo que mejor no les lleva para no perder su ganancia al final de la jornada.

Tras la denuncia, este rotativo cuestionó a otros usuarios del transporte, quienes coincidieron en que es una práctica común que den parada solo para abordar a ciertas personas pese a estar en paraderos autorizados por el IET.

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