La sola Reforma Energética será solo una panacea, una salida cortoplacista y en el largo plazo podría quedar todo igual… o peor.
Para explicarlo pueden usarse los mismos argumentos que se manejan para justificarla. Se dice que ya se agotó el petróleo barato, cierto, se agota la reserva Cantarell y el costo de extraer petróleo se elevará 10 veces (de tres dólares el barril se estima ahora en 30 dólares el barril). La pregunta es ¿qué se hizo con el montón de millones de dólares que produjo Cantarell?
La pobreza sigue y las necesidades son mayores, esto, porque el recurso se quedó en pocas manos por el pésimo sistema de distribución del ingreso nacional, por la corrupción, por la impunidad, por la simulada democracia y la entramada de intereses en las altas esferas del poder y del dinero.
¿Hay solución?… Por supuesto, solo hay que actuar en varias direcciones a la vez y atender las necesidades del país por encima de los intereses partidistas, personales o de grupo. Se puede lograr trabajando en soluciones integrales, donde las trabas que tienen anclado a México sean atendidas con buena voluntad y decisión, conscientes de que tendrán que hacer sacrificios algunos que solo han recibido beneficios, convencidos que al final será para bien del país y de la gran mayoría de los mexicanos.
Si se requieren más RECURSOS, primero hay que aclarar para QUIÉN y para QUÉ serán, así como garantizar que no tendrán el mismo fin que los obtenidos de Cantarell y las demás fuentes de ingreso. Debe quedar claro que mejorar la distribución de la riqueza y más recursos para México no necesariamente significa aumentar los impuestos conservando el viciado y complicado sistema tributario.
Es necesario un nuevo Régimen Fiscal simplificado, que cobre más al que más recibe, que incluya a la economía informal, reduzca el costo del enorme aparato administrativo y fiscalizador originado por el complicado sistema tributario actual y en general mejore la distribución de la riqueza…se hace indispensable una REFORMA FISCAL acorde a los nuevos tiempos.
El actual sistema de control de los recursos públicos a través de la Secretaría de la Función Pública y las correspondientes Contralorías en todos los niveles de gobierno han demostrado su poca o nula utilidad y su dependencia total de los ejecutivos estatales, presidentes municipales o autoridad de mayor nivel en las diversas esferas del gobierno.
¿Quién aceptará pagar más impuestos si desconfía de cómo y en qué se gasta lo recaudado? ¿Quién aceptará pagar más impuestos con la creciente corrupción en el manejo de los fondos públicos y sin castigo para los responsables?
La corrupción e impunidad por la malversación de Fondos Públicos tienen harta a la población y deben tener una solución antes de pedir más recursos.
Así como existe el SAT (Sistema de Administración Tributaria) para cuidar a los contribuyentes, con su área de fiscalización, así también debería crearse un SAP (Sistema de Administración Presupuestal) para ejercer un control igual de eficiente hacia los Estados, Municipios y la Administración Federal, en general a todas las áreas que manejen recursos públicos, avanzando así, con pasos firmes, en materia de Transparencia y Rendición de Cuentas y en el ataque a la corrupción del sector público.
Se dice que hemos avanzado en democracia porque ya no hay un solo partido en el gobierno. Seamos sinceros, se ha deformado en la práctica tanto los procedimientos como las estructuras creadas para garantizar la democracia, se finge una democracia, lo que se hace es corromper los procesos electorales, lucrar con la pobreza y la necesidad de muchos mexicanos. El costo de las elecciones ahora es altísimo, muchos saben, incluyendo los integrantes de los organismos electorales, que los señalados “topes de campaña” se rebasan dos, 10, 50 y más veces, el ciudadano calla y se indigna cuando las instituciones creadas para el control cierran los ojos para justificar lo injustificable…
Así, también se vuelve necesaria la REFORMA POLÍTICA.
Con los escándalos de Coahuila, Tabasco, Veracruz, Chiapas, Puebla, Querétaro y otros, más los que se suman casi a diario, lograr la legislación que permita el control de la DEUDA PÚBLICA, especialmente en Estados y Municipios, es vital.
Los ciudadanos también esperan leyes que permitan un castigo real y severo a la CORRUPCIÓN y obligue a la TRANSPARENCIA Y RENDICIÓN DE CUENTAS, acciones que son indispensables para tener un país mejor.
Si no hay cambios de fondo solo viviremos una nueva ilusión… hasta que la cuerda se reviente.
Pensar que solo con la Reforma Energética y una Reforma Electoral ya salimos adelante es un cálculo equivocado, tan lamentable como el que hicieron los partidos opuestos al gobierno en sexenios pasados, impulsando y dando prioridad a su interés electoral.
México requiere un esquema integral e integrador de la confianza nacional.