Escenarios (3)

-A ver, reportero. Te dices muy ducho, pero no hay bola de cristal para saber cómo le iría a Campeche con Josefina. Ya ves, con Calderón nos podemos quejar, pero Jorge Carlos no hizo nada a pesar de que le llegó lana como nunca y hasta deuda le dejó a Fernando.

-¿Y por qué uds., los priistas no llamaron a cuentas a Jorge Carlos? La realidad, Manuel, es que no hubo avances. Se ha tenido que remar contra la corriente y en tres años se ha tenido que empezar por componer para empezar a despegar y vaya que ha costado trabajo.

-Lo cierto, periodista, es que no vemos claro. Seguimos esperando un gobierno que nos haga justicia. Ni zona petrolera, ni zona fronteriza, ni zona cálida, ni nada. Ningún beneficio fiscal de los que podríamos tener. Eso molesta mucho.

-Reclámale a tus legisladores… Se supone que son quienes deberían luchar por conseguirlo. No vi a Oznerol haciéndolo, ni a la “Negrita” Fonz, Alito se la ha pasado escalando y grillando. Oscar Rosas tampoco tiene de qué presumir y Nelly Márquez, Nacho Seara y Yolanda Montal­vo también pasaron de noche. Y Kidnie, pues ni qué decir.

-Eso es lo que la gente debe de ver. Muchas veces tenemos repre­sentantes que no lo son. No hay resultados, no hay lucha, no hay amor a la camiseta. Se la pasan grillando para saltar de cargo en cargo, como auténticos chapulines.

-Manuel, pero no nos desviemos. Si Josefina gana no creo que pase nada distinto en Campeche. El gobierno local ha hecho bien su chamba con los panistas y ellos, entre ellos, la han terminado de hacer pulveri­zándose. Ya vez, no hay oposición en el Congreso, no hay oposición en la dirigencia. Los candidatos andan cada uno por su lado y muchos son auténticos desconocidos.

-Eso sí, reportero, las delegaciones seguirán en manos de puros pa­nistas, ¿no?

-Se supone, pero cómo actúan los que vemos, están ahí para ellos y pa­ra sacar provecho. Ya ves el caso de SCT: puro pillo y nada de resultados; y de los demás, muy poco que reconocer. En Profepa hay un problema serio: un delegado que quiere tasar a todos por omisiones legales añejas y hoy anda extorsionando para regularizar a los afectados.

-Como lo pintas, creo que tampoco se vería mucho cambio en la en­tidad si gana Josefina. Ya no está Iván para couchearnos ahí y, por lo que se ve, Josefina no es amiga cercana de los Mouriño. A ratos, periodista, hay quienes dicen que Doña Gely es suplente de Pashita para proteger a su familia.

-Ay, Manolo, ¿protegerla de qué? De que no se la jugó con Josefina, quizá, pero los Mouriño están más allá del bien y del mal. ¿No te das cuenta que ellos juegan en otras ligas? Si veo que hay distancia entre ellos y Josefina, pero no creas que les iría mal, quizá no tan bien, pero no mal.

-Sí, pero ya no tendrían el control de los delegados, ya no los pondrían y quitarían. ¿En serio crees que eso les ha servido de algo? Ya ves, muchos de ellos terminaron traicionando y hasta las posiciones se convirtieron en motivo de pleito político. Como lo veo, los delegados jugaron a usar sus cargos, a quedar bien con el gober­nador en turno y muchos de ellos ju­gaban a dos manos. Mucho se habló de la otra nómina, la que el gobierno local tenía para maicearlos y tenerlos mansitos… Y así se la pasaron.

-En el caso de los diputados, tú lo viste, Manolo: entregados, todos mansitos y hasta en temas polémi­cos y barbaridades como las de la Cotaipec, calladitos. Todos al ritmo del maicito. Y qué decir del presi­dente del partido, una nulidad y sin discurso, sin presencia.

-Reportero, ¿si gana Josefina no pasa nada aquí?

-No tengo elementos para decir que no pasará nada. La verdad no ten­go mucha cercanía ni información de lo que pasa en esa campaña, pero no creo vayan a haber grandes sorpresas. Al menos, no para Campeche.

-¿Crees que seguiremos recibien­do sólo lo que la ley ordena?

-Mientras no hayan diputados que peleen a la hora de hacer el pre­supuesto, que vayan con el Ejecutivo para proponerlos, llevarlos armadi­tos y listos para exponerlos, no pa­sará nada. Yo vi, Manolo, cómo en el gobierno de Hurtado mandaban una hoja membretada con diez co­sas que quería hacer, pero a la hora de pelearlas, no había proyecto eje­cutivo, no había impactos ambien­tales ni nada y que le dan solidez a una exigencia. Mucho se logró de lengua. Un día se cambió la carpe­ta de un proyecto de Jalisco y se le puso que era de Campeche y así se consiguió un hospital. Imagínate.

-Eso sí, con Josefina el gober seguirá más tranquilo su proyecto, ¿no?

-Ni quién lo moleste, amigo.