Associated Press
QUETTA, Pakistán (AP) — El asedio a un hospital del sudoeste de Pakistán llegó a su fin el sábado cuando fuerzas de seguridad ingresaron al edificio y retomaron el control, informó el ministro del Interior del país.
Chaudhry Nisar Ali Khan dijo que las fuerzas liberaron a 35 personas que habían quedado atrapadas dentro del edificio, mataron a cuatro agresores y arrestaron a otro.
Agregó que cuatro elementos de fuerzas de seguridad y un funcionario de alto rango del gobierno murieron durante los incidentes de violencia del sábado, que iniciaron cuando los agresores detonaron un par de bombas, una de ellas en los pasillos de la sala de emergencia del hospital, para luego apoderarse de varias áreas del hospital.
El jefe de operaciones de la Policía de Quetta, Fayaz Sumbal, había dicho que el comando se apoderó de diferentes áreas de las instalaciones del hospital y algunos de sus miembros se habían colocado estratégicamente en los techos.
El ministro del Interior no proporcionó información sobre la identidad de los agresores y hasta ahora ningún grupo se ha atribuido los ataques del sábado que subrayaron la violencia que sigue plagando la provincia de Baluchistán, lugar de actividades islámicas y de la insurgencia étnica nacionalista.
Un periodista de The Associated Press en el lugar pudo escuchar intercambio de fuego intermitente mientras los soldados tomaban sus puestos alrededor del edificio.
Los ataques en Quetta, la capital de la provincia de Baluchistán, iniciaron cuando una bomba colocada en un autobús de una universidad para mujeres mató el sábado a 11 alumnas e hirió a otras 19.
La violencia se desató horas después de que islamistas destruyeron una mansión histórica en una provincia que en su momento llegó a ser hogar del fundador del país.
Mientras familiares y amigos de las víctimas se reunían en el hospital al que éstas habían sido trasladadas se registró la segunda explosión, en el pasillo de la sala de emergencias.
Un funcionario de alto rango del gobierno murió por la explosión y dos personas más resultaron heridas, reveló Sumbal.
Las imágenes por televisión sobre el primero de los atentados mostraron un armatoste calcinado con piezas de metal retorcidas y trozos de ropa de mujer.
La destrucción de la histórica mansión asociada con Muhammad Alí Jinnah, a quien los paquistaníes conocen como Se le conoce como Quaid-i-Azam (“gran líder”) causó enojo por todo el país. Jinnah vivió en esa casa antes de su muerte en 1948, un año después de haber llevado a Pakistán a la independencia.
Agresores a bordo de motocicletas colocaron bombas en la residencia del siglo XIX en el poblado de Ziarat para luego prenderle fuego, informó el policía Asghar Alí Yousufzai.
Tres bombas detonaron, generando el incendio que destruyó el edificio, agregó Yousufzai. Los agresores además mataron a tiros a un guardia de seguridad en el exterior de la residencia, que había sido convertida en un museo sobre Jinnah.
La Policía halló seis explosivos sin detonar horas después de que los bomberos extinguieron el incendio, dijo Yousufzai.
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