Quito. El presidente Rafael Correa (49), del partido Alianza País (AP), ha sido reelecto para gobernar por cuatro años más al Ecuador, como lo indicaban todas las encuestas. Al cumplir este período habrá gobernado su país, por diez años de manera ininterrumpida.
En los pasados seis años Correa, ganó la presidencia por primera vez en enero de 2007, se ha hecho de una gran base de apoyo y logrado altos niveles de aceptación con programas sociales de gran cobertura, por un lado, pero también poniendo orden en la vida pública en un país donde los gobiernos anteriores fueron muy impopulares.
El acceso al poder de Correa, que antes de ingresar a la política fue profesor de economía en la Universidad, no se puede explicar sin la búsqueda de alternativas por parte de la ciudadanía harta de las recurrentes crisis económicas e institucionales que vivía el país a manos de los políticos tradicionales.
En 2008 promovió y obtuvo la promulgación de una nueva Constitución, que le abrió el espacio para una nueva elección, a dos años de haber obtenido la presidencia, y la posibilidad de una reelección presidencial por una sola vez, cosa que ahora ha ocurrido. Las promesas de campaña se concentraron en que de ganar continuaría con las conquistas de su gobierno “socialista” y que impulsaría la reforma agraria, ampliaría los servicios de salud y la educación y diversificaría la economía, para reducir la dependencia de la venta del petróleo.
La oposición a Correa, presentó en esta elección a siete candidatos y eso lo benefició al dividirse el voto. En la campaña, sus adversarios denunciaron el creciente estatismo del gobierno y también que el presidente no actúa como un líder democrático sino autoritario.
Los cuestionamientos opositores no hicieron mella en la mayoría del electorado y Correa ha triunfado en forma contundente y hecho innecesario la segunda vuelta considerada en caso de que el candidato ganador no obtenga el 51 por ciento de los votos o logre una diferencia de diez puntos sobre el segundo lugar.
El candidato opositor más competitivo, pero lejos del ganador, resultó ser el ex banquero Guillermo Lasso (57), que logró atraer el voto de sectores de las clases medias de las grandes ciudades del país, que se manifiestan contrarias a Correa.
A pesar del carácter “socialista” de su gobierno Correa negocia ahora contratos con empresas canadienses para explotar yacimientos de oro, cobre y plata y ha convocado a una licitación internacional, para desarrollar una cuenca petrolera en una zona virgen. La actual Constitución no le permite volver a reelegirse y ahora son mayoría los que se niega a un cambio de la misma que pudiera abrirle la posibilidad de volver a ser candidato a la presidencia. Hay un sector minoritario que ve con simpatía esa posibilidad.
La duda, con todo, se mantiene.
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