Las piezas que apoyan una economía exitosa son tan básicas que muchas veces pensamos que son así de sencillas y nos hundimos en un mar de complicaciones por no tener presente la manera cómo los diferentes los elementos interactúan, y por ello, no conservamos el equilibrio necesario para desarrollarnos y crecer.
Si vamos a construir una casa, necesitamos prever contar con lo necesario para edificarla y posteriormente que la mano de obra, los materiales, los tiempos y costos se inviertan conforme a un plan. Es conveniente tener un terreno debidamente acreditado a nuestro favor, avalado por una escritura; debemos estar seguros de conocer las restricciones que tiene el uso del suelo del terreno que adquirimos, qué establece el Plan Director Urbano y saber los trámites a cumplir para realizar la construcción de la casa; debemos tener en consideración los aspectos legales que lo impactan, si el terreno está en una zona de monumentos regulado por el INAH, si tiene alguna restricción medioambiental, cómo se conecta a los servicios públicos existentes, drenaje, agua potable, energía eléctrica, alineación conforme a la calle y las restricciones de edificación, alturas, límites y materiales; habremos de realizar un gran número de trámites y visitado varias instancias, pero es necesario. Debemos hacer un plano antes de comenzar la obra y ver que ese plano sea autorizado por el perito correspondiente, se extendida una licencia de obra para construir. Conviene siempre contar con profesionales, arquitectos que nos generen no solamente un diseño acorde a nuestro gusto sino que tengamos la seguridad que serán contempladas las necesidades de servicios, así también, que podrá cumplir con los requisitos que ordenan las reglamentaciones establecidas y, algo muy importante para nosotros, que los costos estén acordes a nuestro presupuesto financiero, debiendo existir un plan de obra que nos indique los momentos en que se requiere fluyan los recursos y el tiempo en el que la casa será terminada. En caso de que necesitemos un financiamiento, con esos planos, plan de obra, costos, licencias y uno que otro documento más que nos soliciten, podemos acudir a la entidad financiera correspondiente para obtener los recursos que solventarán el valor de la construcción incluyendo los servicios profesionales que contratemos.
Si se dan cuenta, hasta este momento no hemos puesto un solo block en nuestra futura vivienda, pero todo ese largo y sinuoso camino nos permitirá que al terminar las gestiones, se pueda comenzar la obra de manera segura y con los menos contratiempos posibles. Acudir a profesionales acreditados hace que esto tenga un mayor respaldo y que en el momento de ejecución nos sea más rentable la inversión que estamos haciendo. Los cimientos deben ser sólidos y fuertes, y sostener el peso de la casa que se construirá sobre de ellos; los materiales deben ser de calidad para que no solo sea durable, sino que nos garantice de que no se nos vendrá la casa encima; los acabados deben cumplir con nuestras expectativas y las instalaciones de servicios cubrir todas nuestras necesidades. Si nos ponemos a pensar, no es cualquier cosa lo que estamos arriesgando, se trata de nuestro patrimonio y nuestro futuro hogar. El resultado debe ser un bien inmueble de uso práctico, conforme a nuestro gusto y con el costo que nuestro bolsillo planificó.
Nada debe ser improvisado y todo tiene un orden y especificación, requiere de planeación, control, gestión y disciplina financiera.
Así como se planifica para construir una vivienda, así se estructura la economía, debe tener cimientos muy sólidos, pero sobretodo debe considerar con antelación todos los elementos que interactúan para procurar su crecimiento y generar beneficios.
Una base económica sólida requiere de un marco legal que le de seguridad y a los inversionistas confianza, recursos financieros adecuados para ser competitivos, mano de obra y recursos humanos capaces y profesionales, tecnología y conocimiento para desarrollarse y la infraestructura física necesaria para desarrollarse. Sumado a esto, debe existir un clima de negocios propicio para generar inversiones privadas, ya sea atrayéndola o fomentando su crecimiento. A diferencia de la casa, no es solo a nuestro gusto, más bien es acorde a las necesidades de la población y con una clara propuesta para generar beneficios. Esto es aplicable a países y regiones en el mundo y los elementos que interactúan siempre son similares.
México como nación trabaja actualmente de manera ordenada, considera los factores externos que le atañen, así también, contempla resoluciones de manera vertical de los problemas internos más apremiantes como lo son: inseguridad, rezago social, marginación y corrupción. Los tiempos de nuestro país se vislumbran con rumbo, aunque todavía estemos viviendo las sacudidas que los cambios de rumbo implican. La percepción de la sociedad aún no aterriza en un bienestar pero tienen la idea de que se está trabajando. Es muy difícil poner a todos de acuerdo, pero son tiempos propositivos y eso no lo habíamos tenido. Quizá estamos en esa etapa de gestión y trámites que son complejos y engorrosos pero muy necesarios. Se prepara el escenario para comenzar a construir, a veces sentimos que todavía hacen falta materiales o no contamos con todos los elementos para tener las garantías y seguridad, pero los profesionales ya comenzaron a trabajar.
¿Acaso son simples remodelaciones o verdaderamente tendremos una casa nueva? ¿Se está pintando solo la fachada y el cascarón sigue cayéndose? ¿Las instalaciones están con las especificaciones necesarias para conectarse a la redes económicas mundiales? ¿Es correcto el alineamiento de nuestra economía en el concierto de las naciones o es simple nomenclatura? ¿Serán sólidos los cimientos en los que se basa nuestro desarrollo y crecimiento?
Si formamos parte de la misma familia, quizá a Campeche le convendría preparase para saber exactamente cuál es nuestro lugar en esta edificación. Si todos están bajo un techo buen techo ¿por qué el nuestro tiene goteras? Los pisos al parecer son de materiales durables y vistosos ¿por qué conformarnos con unos de tierra o cemento? Incluso, al parecer, contamos con los materiales con los que harán gran parte de la construcción, entonces ¿por qué no participar activamente en la construcción? No solo aportar recursos sino recibir beneficios. México actualmente edifica la economía que esperamos genere el bienestar de las futuras generaciones, los campechanos debemos involucrarnos de lleno porque también merecemos un buen hogar.