La actividad turística, como todas las actividades económicas, se ven afectadas por su entorno y como actividad global cambia constantemente conforme se generan nuevas tendencias y requerimientos en los mercados internacionales. Los mayores impactos generalmente los percibe por variaciones en aspectos económicos, sociales, tecnológicos y climáticos que determinan nuevas acepciones dentro de los mercados consumidores y necesita de evoluciones en la oferta de los productos turísticos de los destinos, regiones y naciones para ser competitivos. Los destinos turísticos que no se adaptan a los cambios y generan valores diferenciados, simplemente salen de competencia y tienden a
desaparecer.
Campeche no es la excepción a este proceso evolutivo, si bien parecería un destino turístico joven y emergente, la realidad es que su etapa de crecimiento se detuvo y actualmente está viviendo una estrepitosa caída a pesar de sus activos turísticos y las inversiones públicas y privadas con los que cuenta.
Los factores que determinan este estancamiento y caída no solamente son externos, la realidad es que ha habido poca capacidad de manejo de crisis y gestión para responder a las necesidades del sector y hacerlo productivo.
El turismo muy pocas veces fluye de manera espontánea, se requiere tener muy fuertes atractivos turísticos en un lugar para que los visitantes se aferren a quererlo conocer. Siempre es necesario promoverlo y desarrollar servicios que se puedan integrar y comercializar a manera de producto para que los flujos de visitantes generen una derrama económica que desarrolle la actividad turística; esto debe ser apoyado por infraestructura adecuada a la demanda del mercado y el soporte de servicios complementarios para que finalmente se establezca un destino turístico.
En Campeche los flujos turísticos prácticamente fueron espontáneos hasta muy entrados los años ochenta del siglo pasado, estos propiciados por ser parte de en una ruta turística que recorrían grupos de turistas europeos que viajaban toda la región Sureste de México motivados por conocer los vestigios de la antigua civilización Maya. En el caso de Campeche, tomaban a la ciudad capital como una escala de descanso técnico para proseguir conociendo la región, por ello siempre se esgrimió que Campeche era solo una ciudad de paso del turismo internacional.
Muchos de los pioneros del turismo en Campeche le apostaron a realizar inversiones para tratar de captar estos flujos y edificaron infraestructura de hospedaje para provocar la pernocta. Así también, comenzaron gestiones para rescatar los vestigios arqueológicos de la localidad e hicieron la promoción que sus propios recursos le permitieron hacer.
En 1995, la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles de Campeche gestionó la realización de lo que sería el primer Plan Maestro para el Desarrollo del Turismo del Estado de Campeche, el cual contenía un análisis del mercado potencial y el inventario de los atractivos turísticos que podían ser aprovechados para desarrollar la actividad; marcaba un esbozo generalizado de lo que podría ser el despertar del turismo y los primeros pasos que debían ser realizados. En 1996 y 1997, el Proyecto denominado “Transformando Campeche” retoma las bases de ese primer plan y desarrolla bajo la metodología de cluster (agrupamientos productivos) una serie de iniciativas que trazó acciones de corto, mediano y largo plazos a fin de integrar todos los elementos para desarrollar el sector turístico en Campeche. En esos años se comienza también el rescate de mil 600 fachadas del Centro Histórico de la Ciudad de Campeche y el rescate arqueológico de Calakmul.
En 1998 se implementan varias de las iniciativas de “Transformando Campeche”, se crea la Secretaría Estatal de Turismo, se asignan recursos al turismo y comienza lo que sería la primera campaña de promoción turística nacional e internacional formal de la entidad: “Campeche, El Tesoro Escondido de México”(triste y controvertido slogan que impactó en los mercados internacionales, principalmente en los europeos). A la par se invirtió en comunicaciones carreteras y aeroportuarias, rescate arqueológico y se comienzan las gestiones para que en 1999 se lograra el nombramiento de la “Ciudad Histórica y Fortificada de Campeche, Patrimonio Cultural de la Humanidad” y en 2002 la “Antigua Ciudad Maya de Calakmul”, los que serían los estandartes del antes y el después de la promoción turística del destino Campeche. Para el año 2000, Campeche era ya la ciudad más visitada por turistas alemanes en México después de Cancún y ocupaba los primeros sitios de ocupación hotelera en temporada invernal.
En los siguientes diez años hubo una reacción en cadena que provocó que la entidad generara una dinámica de crecimiento en infraestructura turística, inversiones y flujos de visitantes a la entidad los que fueron caso de estudio a nivel nacional e internacional; la Secretaría de Turismo Federal (Sectur) y la Organización Mundial del Turismo (OMT) estudiaban el Caso Campeche como ejemplo de buenas prácticas del aprovechamiento sustentable de los activos turísticos para desarrollar de manera sostenible la economía de una región.
¿Pero acaso se inventó el hilo negro o el agua tibia en Campeche? La realidad es que no, sólo se combinó a los atractivos históricos y naturales que ya poseía Campeche, planeación estratégica, inteligencia de mercado, integración de producto, pero sobre todo, mucho trabajo y voluntad de numerosa gente que se arriesgó, que luchó, que apostó y que tenazmente se propuso hacer que las cosas sucedieran ¡y sucedieron! Se desarrollaron liderazgos, trabajo efectivo entre particulares y gobierno que se transformó en resultados y beneficios.
¿Serviría hacer lo mismo ahora? La verdad es que no; debemos comprender que todo cambió, sería un error hacer un “copiar y pegar”, se requiere considerar que Campeche ya avanzó, analizar cuáles son las tendencias que hoy rigen los mercados, aprovechar las nuevas tecnologías, aprender de los errores y volver a trabajar con voluntad, liderazgo, orden e inteligencia, así como sumar a las nuevas generaciones. Necesitamos evolucionar para ser competitivos y volver a posicionar a Campeche como un destino de clase mundial.