LA VISITA. El miércoles 24 de abril llegó al segundo partido de Piratas de Campeche vs Tigres de Quintana Roo el gobernador de ese estado, Roberto Borge. Llegó solo, una hora antes que iniciara el partido. Lo acompañaban solo dos directivos del equipo de Tigres. Borge desde su cuenta de Twitter le había dado especial interés al partido de Tigres con Piratas un día antes. Tras una semana de declaraciones no muy afortunadas relacionadas con el tema limítrofe, los asesores del gobernador de Quintana Roo le sugirieron a Borge que asistiera a un encuentro en Campeche, “para apoyar al equipo”. Borge se había encontrado por última vez con el gobernador de Campeche, Fernando Ortega Bernés, en la boda de Emiliano Salinas, el pasado día 20 de abril, en Yucatán. La mesa más larga de la fiesta, la ocuparon ex presidente Carlos Salinas, el gobernador de Yucatán, Rolando Zapata Bello, de Quintana Roo, Roberto Borge, y de Campeche, Ortega Bernés. También estaban en la mesa, Emilio Gamboa, Manlio Fabio Beltrones, el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco, Diego Fernández de Cevallos, Pedro Aspe, la secretaria de Turismo, Claudia Ruiz Massieu, Roberto Gil, José Fernández, de Femsa, y Jorge Mendoza, directivo de TV Azteca.
Cuando Borge le comunicó a Ortega que vendría al partido, el gobernador campechano le dejó saber que otros compromisos fuera del estado le impedirían atenderlo personalmente, aún así Borge decidió venir. El gobernador campechano le pidió al delegado federal, Enrique Pérez Gómez, que atendiera a Borge personalmente en nombre del gobierno del estado. Borge y Pérez habían estudiado juntos y tienen una excelente relación. El gobernador, conociendo de esta relación, sabía que si no podía estar personalmente, el delegado federal era la persona adecuada para atender la estancia del gobernador quintanarroense a Campeche.
Tras concluir el partido, la prensa al abordar a Borge sobre el tema limítrofe, solo se limita a contestar “pregunten a Álvaro Arceo”, quien como asesor jurídico del Gobierno del estado está encargado personalmente del tema limítrofe con Quintana Roo. La declaración de Borge fue desafortunada. Fue irónico innecesariamente con el tema del que ha dejado ver una opinión muy clara. Tras concluir el partido, Borge se reunió en privado con el director general de una televisora local.
Con alguna polémica generada en las redes sociales por su visita, Borge comentó: “las personas creen que Fernando y yo no nos llevamos bien, sí nos llevamos, Fernando siempre ha sido un caballero y siempre me ha tratado muy bien”. A lo que, en mi opinión, Borge no ha correspondido. Borge abandonó el estado sin hacer otra aparición pública en horas de la madrugada.
EL DISCURSO DEL HAMBRE. El debate en torno al uso de los recursos de Oportunidades o de la mal llamada Cruzada Nacional contra el Hambre viene de lejos y va para más lejos. La discusión es necesaria pero es estéril. ¿Por qué? Porque rebasa la intención de blindar los programas sociales con fines electorales y rebasa el reglamento del control interno de la Sedesol. El problema es de enfoque de “quién da de comer” y de “quién tiene hambre”. El primero, desde que empezaron estos programas en los 90’s, se presenta como el salvador de la familia, no dice que es su obligación velar porque las familias se alimenten, no menciona en su discurso que es un derecho humano el acceso a la alimentación, tampoco les hace ver que reciben esos alimentos porque son seres humanos no simpatizantes de un partido, o de otro.
Quien tiene hambre, en muchas ocasiones, no sabe que recibe la ayuda de un Estado que tiene la obligación de velar por su integridad. Quien tiene hambre y recibe comida estará agradecido con quien le da comer, y la mayoría de los casos su despensa trae logos, leyendas y colores. Si una canasta básica de ayuda viene en una bolsa azul, amarilla o roja, junto a los alimentos le estamos tratando de hacer ver quien se la está dando. La solución no está solo en blindar los programas sociales, está también en la actitud que ante estos programas tengan los beneficiados. Sin modificar el enfoque que se le da a la pobreza, y sin regresarle un poco de dignidad y autoestima a quienes la perdieron por hambre, costará mucho trabajo superarla. A quien es pobre se le debe ayudar a entender que no lo tiene que ser toda la vida. El que es pobre ya tiene bastante carga, no hay que recordarle que lo es. El debate será eterno.
EL CUENTO
Había un ex diputado federal campechano sentado en un restaurante de la ciudad, rodeado del dueño del lugar y de otros amigos. Minutos después le entra un mensaje a su correo. Lo abre y lee. “Estimado Lic. ….. ……… (5 letras el nombre, 9 el apellido) el presidente quiere reunirse con usted, por favor comuníquese a la Presidencia, hemos tratado de localizarlo por celular sin éxitos”.
¡Plop!