El avión jefe… ¡el avión!

Seguramente ya pocos recuerdan la “Isla de la Fantasía”, esa serie de televisión de los años ochenta donde personas de todo el mundo viajaban a una isla tropical para hacer realidad sus fantasías y en el que una persona de baja estatura llamada Tattoo empezaba señalando al cielo mientras decía “El avión jefe… ¡el avión!”

Hoy, otra isla tropical donde se cumplen las fantasías de algunos (aunque sea a costa de muchos más) está en boca de todo el país por el sonado y triste caso de corrupción de la empresa Oceanografía y también hay un avión, un avión del que muchos políticos hicieron uso y ahora tienen la fantasía de que desaparezca como el lamentable caso del vuelo 370 de Malaysia Airlines que nadie sabe donde está o qué pasó.

Pero el caso es que este avión de lujo de la empresa Oceanografía que fue utilizado para girar o para traslados no ha desaparecido y en cada vuelo existe una bitácora donde se registra quienes hicieron uso, el destino y las veces que lo utilizaron. ¿Que lo rentaron? bien, no pasa nada, pero de dónde sacan el recurso para rentar todo un avión. ¿No hubiera sido más sencillo y barato comprar un boleto en una línea comercial? Si se los prestaron, pues bien también, pero ahí surgirán dudas de ¿Por qué? ¿para qué? o quizá el dueño de Oceanografía es tan generoso que pensó “Hey, si está parado, mejor que lo usen mis súper cuates políticos que tanto hacen por los ciudadanos”

Vamos, puede ser que se hiciera desinteresadamente pero, es difícil de creer dentro de un contexto en el que además de la defraudación a un Banco y la falta de pago de impuestos, se presume un tráfico de influencias severo.

Y ahora que se crea un organismo en contra de la corrupción pues bien podrían preguntar el motivo por el cual que utilizaron un avión particular si este no es necesario para sus funciones y en el caso de que así lo fuera, pues qué extraño, pues las mismas dependencias a las que pertenecen les proveen de viáticos para viajar. Ahora que si fue por placer, pues qué maravilla que tengan amigos tan desinteresados como para prestarles un avión y además regalarles un relojito Audemar Piguet de 40,000 dlls. como souvenir.

Yo no sé quienes son, excepto aquellos que se tomaron la foto del recuerdo en la silla del caballito de mar. No obstante, si esto sigue como va, no dudo que pidan las bitácoras de vuelo y seguramente más de uno estará pensando en que debió de haber viajado a pie antes que subirse a ese avión.

No me extrañaría escuchar la justificación de que no se los prestaron a ellos, sino a fulanito o menganito y pues ellos aprovecharon el “raid” de lujo pero que no tienen nada que ver y por el contrario “están abiertos a colaborar en cualquier indagatoria que se les requiera”.

Dice el dicho: No hagas cosas buenas que parezcan malas. Y como todo dicho popular lleva una gran sabiduría. Sin embargo, la sabiduría es una perla que la soberbia vuelve invisible y la soberbia, lamentablemente parece venir en el mismo paquete en el que viene un cargo político.

En fin, espero que cuando revisen las bitácoras de vuelo no aparezcan nombres conocidos por todos, que al ser expuestos justifiquen a posteriori cuando debieron informarlo a priori.

Imagino un Tattoo en el hombro de estas personas ocupando el lugar de la conciencia mientras les susurra al oído “el avión jefe… el avión” y estas personas verán que se acerca una peligrosa hora en sus nada peligrosos relojes Audemar Piguet.