¿Qué tan sinceros somos?

Dícese que los borrachos y los niños siempre dicen la verdad. ¿Será que sólo cuándo los antes mencionados hablen, nosotros debemos de escuchar verdades? Me parece que no, aunque nunca está de más parar bien la oreja.

Nos desenvolvemos en un mundo y en una sociedad que nos exigen una apariencia y un pretender ser, para llegar a obtener algo. Error cometido la mayoría de las veces por muchos de nosotros.

Siempre queremos quedar bien, sin importar si lo que hacemos o decimos va acorde a lo que pensamos.

Hace unos días justamente veía un documental que expresaba de una manera ilustrativa la forma en que nosotras las mujeres estamos ‘encerradas’ en una vanidad, ante los ojos de los demás, sin saber que en el fondo lo único que queremos al llegar a casa es quitarnos el disfraz con el que salimos a la calle. Queremos sentirnos liberadas de esa presión en la que estamos y a la que nosotras mismas nos sometemos por la necesidad de llenar un vacío que inconscientemente desconocemos.

¿A cuántas personas Usted conoce que tratan de vivir una vida que no es la propia? Desafortunadamente yo creo que a varias. ¿Sabe Usted cuántas de ellas viven felices, aparentando lo que no son? Supongo una minoría.

Difícil vivir el día a día de esta manera, ¿no creen? Crecemos escuchando qué debemos y qué no debemos hacer, acatamos reglas y cumplimos obligaciones. Eso es parte de nuestra educación. Los pocos o muchos tropiezos que tengamos en nuestro desarrollo son los que irán forjando, con experiencias, nuestra propia madurez. Pero, hay algo que es la palabra clave en todo esto y se llama sinceridad. Ser sincero con uno mismo es el principio de un mejor desarrollo como ser humano. De un saber aceptar las cosas como son, de saber qué nos perjudica y qué no, de tomar las cosas de quien vienen y de aprender, que aunque no sea fácil, una manera de vivir felices es siendo quienes realmente somos.

Hay que quererse a uno mismo. Aceptarse y ser auténtico. Hay que ser para poder tener. Y no aplicarlo al revés, como todo mundo lo hace. Quieren llegar a tener alg, para así con eso creer que pueden ser alguien. Qué equivocados están.

Fíjese Usted en su entorno y haga un análisis de lo que le platico. ¿Sabe a qué conclusión llegará? Que empezará a notar por flashazos lo que le comento y sentirá de repente algo extraño, ya que notará que sí existen a su alrededor personas con estas características. Se dará cuenta que si estas personas fueran realmente sinceras consigo mismas, no estarían aparentando cosas que no son. No precisamente me refiero a lo económico.

Hay que ser sincero con uno mismo, nosotros somos la base de todo lo que hay a nuestro alrededor. Somos el punto de partida para llegar a la meta. Que no le dé pena ser como es porque a los demás no les parece. Si Usted quiere reír, hágalo. Si quiere llorar, también hágalo. Si quiere llegar a tener mucho dinero, luche por ello. Todo, realmente todo, está a la altura de nuestras manos. Sólo es cuestión de querer hacerlo. Y si Usted se topa con una que otra piedrita en el camino, patéela muy lejos sin olvidar que ese tropiezo le ayudó a crecer como ser humano. ¡Que nada empañe su felicidad!

Les mando besos. Nos leemos el próximo domingo.

Ba-bye!!