El patrimonio cultural en sus manifestaciones construidas y vivas, es un capital cuya importancia se reconoce cada vez más. Su aprovechamiento es la base de una renovación del desarrollo, hacia modalidades más humanas y ancladas en un pasado y en tradiciones que el presente revela, valora y significa.
Desarrollar actividades económicas, ya sean turísticas o colaterales en un sitio inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco, debe considerar el aprovechamiento racional de los recursos culturales para que generen beneficios a la población en un marco de respeto de su entorno, valores culturales y sociales.
No es posible ya, considerar aisladamente el turismo como una actividad económica enfocada a generar riqueza sin considerar beneficios y mejora en la calidad de vida de las poblaciones depositarias de los recursos culturales. La razón principal de la atracción de visitantes a una región, es dar opciones de empleo y derrama económica, generando beneficios locales.
Constantemente una mala planificación del turismo causa efectos sociales negativos, y la sobreexplotación de los recursos de la población o los espacios geográficos donde se desarrolla. Así también, la generación de ingresos que no se arraigan en la localidad.
Es por ello la necesidad de establecer políticas públicas que contribuyan a la gestión para el desarrollo sostenible basado en el turismo como motor de crecimiento y bienestar social. La posibilidad de generar actividades productivas alternas a las tradicionales, que lleven consigo desarrollo en infraestructura física, económica y social en espacios por sus características actuales.
Todo esto establece retos que son necesarios asumir, la revaloración de la cultura y la conservación de los espacios como activos importantes para captar nuevos mercados, buscando atraer a un visitante más solidario y conciente del entorno en el que se desarrolla la actividad turística. Esto es realizable mediante estrategias de promoción y desarrollo de productos turísticos especialmente dirigidas a los mercados con perfiles indicados.
Es conveniente conocer que todo Sitio o Bien que la UNESCO registra tiene la obligación de cumplir con los acuerdos internacionales firmados por los países miembros, que bajo las Directrices de la Convención del Patrimonio Mundial en las claúsulas 24 y 36 establecen que el Sitio o Bien debe contar con un Plan de Gestión que le permita a la vez de salvaguardar las condiciones de autenticidad e integridad, caracterísiticas que le dieron sustento a su registro, también deben hacer una adecuada administración de las actividades humanas para que procuren su aprovechamiento y uso de manera sostenible y esto contribuya a la genereción de beneficios para sus habitantes.
La puesta en marcha de un Plan de Gestión Turística y Actividades Económicas Complementarias para una Ciudad Histórica inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial de la Convención de UNESCO como lo es San Francisco de Campeche es de vital importancia a casi quince años de que recibiera esta distinción.
Nuestra ciudad despues de todos estos años no cuenta con dicho Plan de Gestión y no ha tenido nunca una revisión de UNESCO por lo que hasta la fecha ha mantenido sin alteración su nombramiento. No obstante es pertinente entender que más allá de cumplir con un simple requisito, el Plan de Gestión es una herramienta indispensable para una sana convivencia de las actividades económicas, principalmente el turismo, con el patrimonio cultural, una forma de dar seguridad a la inversión privada, ordenar las políticas públicas relacionadas, y un medio de aprovechar las ventajas comparativas de estar situados en una ciudad con un reconocimiento internacional para ser competitivos. Todo ello, tal cual establece la UNESCO, con el fin de generar beneficios económicos y sociales para la población local.
La falta de una adecuada articulación e integración de todos los elementos que interactuan con las actividades económicas de la ciudad han mermado su desarrollo y crecimiento. El marco legal y regulatorio carece de homologación en los tres niveles de gobierno, federal, estatal y municipal, y su orientación está disvinculado de las actividades productivas y enfoques de mercado.
El desarrollo de planes de acción y actuación efectiva debe estar supeditado a la practicidad de aplicaciones inmediatas y graduales, por lo que la realización de un Plan de Gestión como el que la ciudad necesita es una oportunidad de ordenamiento y herramienta de aprovechamiento multisectorial.
La actividad turística como pieza básica detonante del desarrollo y apoyo para el crecimiento de actividades económicas complementarias como el comercio y servicios colaterales, está íntimamente ligado a las buenas prácticas de uso de los Sitios y Bienes del Patrimonio Mundial sugeridas por la UNESCO, por lo que su fomento a través de una gestión de destino estructurada y orientada a mercado es propicia para la Ciudad de San Francisco de Campeche.
Es apenas tiempo de reaccionar para buscar un mejor aprovechamiento de nuestros recursos culturales aplicados a la actividad turística. A casi 15 años del nombramiento como Patrimonio Mundial, nuestra ciudad requiere oxigenar su administración y generar los beneficios que tanto hemos anhelado los campechanos.
La muestra de disfuncionalidad ya se marca en el corredor turístico de la Calle 59… iEvitemos caer en anarquía!