Razones

El pasado febrero, la empresa grupo Impacto publicó un estudio realizado por su filial Gii360 en el que, titulándolo ‘Semáforo Electoral 2015′, decía que el PAN era el enemigo a vencer en Campeche con un 30 por ciento de las preferencias electorales, mientras el PRI se mantenía en un segundo puesto con 24 por ciento de la aceptación ciudadana para los comicios del próximo 7 de junio.

La  infografía, que exhibe a los nueve estados con relevo de ejecutivos, le daba ese muestreo un 5 por ciento al PRD si los comicios se realizaran en la fecha del ejercicio, cuyo margen de error exponía en un más menos 5 por ciento. Fue una encuesta telefónica realizada aleatoriamente –en enero y febrero- entre 384 personas en cada entidad federativa en la que habrá cambio de gobernador.

 Los datos arrojados en ese estudio podrían haber generado, al menos, dos de los escenarios que hoy vemos en la entidad: la fortaleza del PAN se da en Ciudad del Carmen y el cambio en los números, que más abajo detallaremos, se dio al saberse quiénes serían los candidatos de cada partido.

El nuevo muestreo, que compartí el pasado miércoles en mi cuenta de tuiter @elnegrito_63 , detalla que ese escenario cambió, pero también que la misma empresa hizo un ejercicio mayor porque las entrevistas telefónicas esta vez fueron 775, siempre de manera aleatoria, con una duración aproximada de 3 minutos y se levantaron el pasado cinco de marzo con un margen de error del más menos 3.5 por ciento.

El nuevo muestro, publicado por esa empresa, señala que la gente en Campeche está contenta con la gestión del gobernador Fernando Ortega Bernés, al extremo que el 55.75 por ciento de los campechanos le dan una calificación de excelencia, sólo el 13.81 lo considera regular, 26.06 lo considera de malo a pésimo y un 4.38 no tiene idea de cómo ha sido su desempeño.

Independientemente de la opinión que cada uno tenga de cómo ha sido la labor de Ortega, esa calificación aprobatoria puede pesar a la hora de responder por cuál partido votar y el estudio señala que el PRI trae, como hemos comentado en otras ocasiones, una intención del voto del 33.03 por ciento, cifra que puede considerarse como parte de su voto duro.

Sin tener clara la razón, el PAN se desploma del 30 por ciento que se reportó en el análisis de principio de año para quedar en el 11.1 por ciento, siendo la gran sorpresa Morena que llega a un 8.52 por ciento mientras que antes no figuraba. El PRD, según el muestreo, pasó del 5 al 3.1 por ciento quizá por la decisión de postular a un desconocido cuyo discurso es antipanista más que antipriista.

Con la lógica anterior, el crecimiento de Morena sería directamente proporcional con la confirmación de Layda Sansores como su abanderada, mujer que genera pasiones y controversia y se encuentra en su tercera contienda por la gubernatura.

El Partido Verde tiene el 1.03; el Panal el .09; el PT .52 por ciento; el Humanista y Movimiento Ciudadano aparecen compartiendo un .26 y el PES sólo el .13 por ciento. La cifra clave es que el 40.5 por ciento de los encuestados no sabe, no contestó o no ha definido su intención del voto al inicio de las campañas.

Sin embargo, cuando a la gente se le pide opinión de quién ganaría, la respuesta abruma: 63.48 por ciento se decanta por el PRI; Morena le gana con el 6.19 al PAN que apenas logra 5.55 y el PRD perdería su registro si sólo consigue ese 1.03 que señala el muestreo.

Cuando se detallan los nombres de los aspirantes, la cifras quedan: AMC 37.42 por ciento; LSS 21.55; JRA 12.52; Che Cu da la sorpresa con 1.81 y Fernando Imperiale alcanza 1.68 por ciento y Góngora y Angelino Caamal empatan con 1.16 por ciento.

Las encuestas seguirán apareciendo para consumo interno y con fines propagandísticos, pero todo se aclarará el 7 de junio.

CENSURA

Ninguna voz debe ser silenciada por crítica o incómoda que sea. Sería lamentable que el poder estuviera detrás de la salida de Carmen Aristegui de la radio, pero también que ella no entienda su posición de colaboradora y no de accionista ni dueña del medio. Nos ha pasado a varios, pero la solidaridad gremial aquí no existe y por ello nunca trasciende y menos genera simpatía ni apoyo. El periodismo campechano es caníbal, nunca solidario y generalmente se mal entiende la competencia cuando ésta es sana e incentiva la mejora. Aquí incluso, periodistas han acudido a exigir la cabeza de otros por no ser afines a sus intereses y unos más amenazan si incomodas o sonríen si te dañan. Ese es el gremio.