Vladimir de la Torre
Golpe de Timón
Vladimir de la Torre Morín

¿Atender al minimizar?

Voces, Lunes 21 mayo, 2012 a las 9:08 am

Hace unos días, en el programa “Fuego Cruzado” externé la preocupación sobre la polarización a la que se dirigía el país. Mis compañeros no tan acuerdo del todo, comentaron que la polarización viene de lejos, y va para lejos. Pero yo no me refería a la competencia que se espera entre los partidos y candidatos en su afán de convencer a los ciudadanos, buscarlos, comprarlos o robarles los votos de las urnas. La polarización a la que me refiero es el ataque desmedido en unos casos y justificado en otros que se hace del candidato del PRI a la presidencia, Enrique Peña Nieto.

En la elección del 1988, es cierto, México estaba dividido entre la izquierda como alternativa y el oficialismo gubernamental. En el 2000, el escenario se repitió entre Francisco Labastida y Vicente Fox. En el 2006, la fórmula volvió a hacer la misma, llegándose a lo inédito para un proceso electoral por la Presidencia, la opinión pública y publicada creó estereotipos del “bien” y el “mal” focalizado en las dos figuras opuestas de la campaña. La elección del 2006 se polarizó en dos clases sociales.

Para los más desprotegidos, Andrés Manuel López Obrador era el bien, y Calderón era el mal. Para las clases medias y altas, el bien para el país lo representaba Felipe Calderón y el mal López Obrador.

En la elección del 2012 la polarización recae sobre los hombros de Enrique Peña Nieto. Ahí está el riesgo de su candidatura, y estamos en presencia de una nueva modalidad electoral en la que “el bien” y el “mal” no son ahora dos candidatos sino uno. Se trata ahora de “estar con Peña Nieto” o “en contra de Peña Nieto”. Ante campañas presidenciales tan desdibujadas y alejadas de congruencia, eficacia y efectividad, la polarización rodea y presiona al candidato priista, no por ser bueno o malo, sino por el ser el puntero. El origen de la “primavera mexicana” encontró combustible para estallar.

¿Le sirvió a Enrique Peña Nieto la sobreexposición mediática que tuvo durante su administración en el Estado de México? Obviamente sí. Pagada o voluntaria, su imagen y su actuar como funcionario público están enraizados en la conciencia colectiva del país. Tanto, que pareciera que desde hace cinco años ya es presidente de México. ¿Esto lo beneficia? No. No lo beneficia, porque ante las posibilidades reales de que pueda ser constitucionalmente el próximo mandatario mexicano, los ciudadanos que quieren evitar que esto ocurra buscarán la forma de frenarlo. Sin garantía de que tengan éxito, los oponentes al PRI y a la candidatura de Peña no se están quedando con los brazos cruzados.

Hoy, quienes han posicionado a Peña como el joven salvador del país, ya le empiezan a hacer daño. Los únicos responsables de la “primavera mexicana”, movimiento que ha sacado a las calles a miles de estudiantes en gran parte del país para evidenciar su descontento, son los medios. El manejo de la información, muchas veces inexacta y otras veces pegadas a la realidad, han provocado frustración en determinados sectores pensantes de la sociedad mexicana.

Por un lado primero, “los que están a favor” ocultan, distorsionan, evaden y minimizan, cualquier hecho que pueda ridiculizarlo o hacerlo perder un punto de las estáticas encuestas. Por otra parte, “los que están en contra” han buscado la manera de expresarse, de organizarse, revelarse y cuestionar a los primeros. El resultado es inédito. Nunca antes un sector de la sociedad mexicana, por pequeño que sea, se ha manifestado a priori en contra de un candidato, sin que se conozca, antes el resultado electoral.

Las calles tomadas por los estudiantes, para algunos por muchos, para otros por pocos, es la respuesta a los medios que en su afán de proteger a Peña Nieto divulgaron que la protesta de la Ibero no eran estudiantes sino “porros”, que no eran mil, sino 30, que no eran universitarios, sino extraños cabecillas operados desde las oficinas de Marcelo Ebrard.

Ya hubo dos marchas estudiantiles, una contra Televisa y otra contra Peña Nieto. En la última, se sumó la sociedad civil y el extinto sindicato electricista de Luz y Fuerza del Centro. Y no van a parar. Ya anunciaron la siguiente marcha a nivel nacional.

Si Peña gana es gracias a los medios de comunicación que aplauden hasta el agotamiento todo lo que dice y hace, pero si pierde también, ellos, en aras de protegerlo lo “encapsularon” para no exponerlo.

Faltan seis domingos para la jornada electoral. Si en lo que resta los medios no tratan a Peña como un candidato con virtudes y defectos seguirán provocando ira. Y si niegan a los estudiantes y los siguen llamando “un muy pequeño grupo de inadaptados” cada vez seguirán siendo más. La pregunta es ¿atender o minimizar esta polarización? De nada ayuda que la campaña del PRI la atienda, y lo han hecho bien, si los medios la minimizan y lo siguen haciendo mal. Al tiempo.

EL CUENTO

Había un presidente norteamericano que hizo su propia encuesta sobre las elecciones en México, bajo dos argumentos que 1-)A EUA no le debe tomar por sorpresa el resultado de la elección presidencial en México, y 2-) Querían tener una encuesta de su empresa encuestadora y no solo de las empresas mexicanas.

¿El resultado? El miércoles en esta columna. ¡Plop!

  • Amilcar72

    Muy atinado el comentario mi buen vladimir. Hace falta ver que partidos van a sacar raja de las manifestaciones estudiantiles

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